Por: Autor invitado | 27 de julio de 2012
Esta entrada ha sido escrita desde Londres por nuestro colaborador ALEX PRATS.
21 billones de dólares. Esta es la nueva estimación de la riqueza escondida en paraísos fiscales según un estudio publicado el pasado lunes 22 de julio por Tax Justice Network. Esta cantidad representa la suma de los PIB de Estados Unidos y Japón juntos, y se trataría, según el autor del estudio, el economista James Henry, de una estimación conservadora. La cifra podría elevarse hasta los 32 billones; aún así, el cálculo se limita a los activos financieros, y excluye, por tanto, propiedades inmobiliarias, yates o colecciones de arte.
El mismo estudio ofrece nuevos datos que quitan el hipo respecto a la brecha entre los que más tienen y el resto. Así es como se repartirían, según la investigación, los 55 billones de dólares que existen en forma de activos financieros netos a nivel global: unas 90.000 personas, es decir, el 0,001% de la población, poseerían el 30%; algo más de 9 millones de personas, el 0,14% de la población, controlarían el 81,3%; finalmente, el 99,86% restante de la población se dividiría el 18,7% de esos 55 billones. Así pues, si incorporamos al análisis los fondos escondidos en paraísos fiscales, es posible que los niveles de desigualdad existentes sean mucho peores de lo que nos habían contado.
Suponiendo que los 21 billones de dólares que las personas más ricas del planeta esconden en paraísos fiscales produjeran una rentabilidad del 3% anual, y que a ese beneficio se le aplicara un impuesto del 30%, se generarían ingresos fiscales por valor de 190.000 millones de dólares, una cifra muy superior a la cantidad que los países de la OCDE destinan cada año para financiar la Ayuda Oficial al Desarrollo. Dicho de otro modo, el servicio que los paraísos fiscales ofrecen en la actualidad para que las personas más ricas puedan ocultar su dinero supone un lastre inaceptable para el resto de la población. Esas mismas personas que esconden su dinero en paraísos fiscales utilizan servicios y bienes públicos para generar su riqueza, pero deciden no pagar por ello. Parece ser que para eso ya estamos el 99,86% de la población restante. Para los más ricos, las reglas del juego son otras. Mientras tanto, vemos como nuestros gobiernos siguen endeudándose a un coste insostenible. ¿Y quién soporta el coste de la deuda? Pues repasen algunas de las medidas acordadas por varios gobiernos europeos, incluido el nuestro, y obtendrán algunas respuestas.
Por último, el mismo estudio indica que los 50 bancos más importantes del mundo gestionaron en 2010 transacciones financieras internacionales para clientes privados por valor de 12 billones de dólares. Los tres bancos que gestionaron el mayor volumen fueronUBS, Credit Suisse y Goldman Sachs. Por si ya lo habían olvidado, los tres bancos que encabezan la lista han sido ya rescatados con fondos públicos financiados por las y los contribuyentes. Les cuento esto porque estos bancos internacionales, todos ellos con presencia en muchos de los paraísos fiscales actuales, son elementos fundamentales de una industria orientada a proporcionar a las personas más ricas los servicios que necesitan para esconder sus fondos en lugares en los que no pagan impuestos y en los que su identidad se mantiene oculta.
Precisamente porque se trata de un mundo opaco, las cifras que proporciona el estudio pueden ser discutibles. No obstante, el estudio ha sido considerado como el más completo hasta la fecha, y el mismo autor reta al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional a mejorarlo. Hasta ahora, sin embargo, parece que ninguno de los dos organismos se ha dignado a abordar el problema con la seriedad que merece. Tampoco los países que forman el G20 o la OECD están actuando con firmeza contra el secretismo financiero que ofrecen los paraísos fiscales, entre ellos Delaware en Estados Unidos, Suiza o muchos de losoverseas territories del Reino Unido. No sé a ustedes, pero a mí me resulta sospechoso.
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