Después de ver "Las Cloacas de Interior", de la prensa hay muchas cosas que no nos las podemos creer. Nos mienten mucho, siempre lo han hecho, pero nunca han estado tan desnudos como ahora donde la información vuela por internet sin poder controlar todo ellos como así ha sido hasta no hace demasiado tiempo. Hay cosas que se les escapan a su control porque hay otros medios y otras formas de información.
Este vídeo lo puse nada más terminar la emisión en directo el mismo día que lo emitió TV3. Estuvo unas horas disponible en YouTube y llego a alcanzar en pocas horas más de 700.000 visitas. Poco después lo caparon y ya no se pudo ver hasta días después que lo puso Mediapro y el diario digital Público.es en abierto que son los autores del documental. Éste, siendo de la página original, no entiendo como no le dejan pasar de las 10.000 visitas. Está claro que no quieren que se vea y espero que ya no lo vuelvan a quitar. Sería demasiado descaro censurarlo otra vez; aunque todo es posible. Estamos viendo cosas muy raras últimamente.
Da que pensar, que después de ver el documental sigan sentados en el Congreso o en sus puestos policiales los responsables de estos hechos, porque es una vergüenza para la democracia de nuestro país. Ese país del que tanto se les llena la boca y hablan en plan patriota y por la espalda y a escondidas solo hacen que pegarle puñaladas.
Y no sé que es todavía peor; si los que hacen estas fechorías amparados en los recovecos fangosos de las instituciones y de la justicia, o que haya periodistas que después de haber visto el documental aún tengan la poca vergüenza de decir que en el documental no hay nada nuevo. Quizás no lo haya, según ellos…, pero es verdad que hasta los que no estamos tan al tanto como algunos de estos periodistas que tienen información privilegiada, habíamos oído que algo turbio estaba pasando en el Ministerio de Interior, y de ser así, y si ellos eran conscientes y sabían todo lo que pasaba con la policía política, porqué no lo denunciaron de la misma forma que lo han denunciado los periodistas que han hecho posible el documental.
Ser periodista y dar noticias falsas como hace Inda no debe ser muy complicado, aunque hay que tener contactos que después te salven de entrar en la cárcel por difamación. Lo difícil es dar noticias que sean verdad y que además estén documentadas.
A estos periodistas arcaicos, o lo que sean… que dicen que todo se sabía y que no hay nada nuevo en el documental, yo, sin ser periodista les digo; que quizá no haya nada nuevo porque al parecer y según se desprende de las declaraciones y de todo lo que nos muestra el documental, toda esta trama policial no es nueva, sino que la llevamos arrastrando décadas, sin embargo, lo que sí es nuevo y es lo que debemos agradecer por el bien de todos y de la democracia, es que nos lo hayan explicado como nunca antes nadie se ha atrevido a hacerlo. Eso es lo nuevo, que no es poco.
Más de dos millones de personas que lo han visto pueden parecer mucho o poco, según se mire. En este caso es muy poco comparado con los millones que somos en el país.
Voy a suponer que a los millones de votantes del PP no les interese lo que aquí se cuenta, aunque a ellos también debería preocuparles; voy a excluir también a los niños y a los jóvenes que por su edad quizás la política y todo lo que conlleva no les interesa nada de esto, pero aun así, descontando millones, todavía quedan muchos a los que si les debería preocupar de verdad lo que en el documental se denuncia.
A un buen director de cine apenas le harían falta unos retoques para adaptarlo a una buena película, como muchas de las que hay con tramas de espías y gánster. O quizás ni eso, conforme está sería suficiente para batir records en taquilla porque lo tiene todo.
El sistema ha estado podrido durante décadas, sigue estándolo hoy y, como no se haga limpieza a fondo de todas las instituciones implicadas, éste país no puede alardear como nos quieren hacer ver de que todo va bien y que vivimos en democracia.
Para que todo vaya bien es necesario sacar de la política y de las instituciones que dirigen el país a todo aquel que lo haga mal. Y de estos últimos, viendo éste documento, todavía hay mucho por limpiar.
Hay que ver el documental y memorizar lo que en él se cuenta para saber dónde estamos y en manos de quién. Saber quién nos gobierna pude ser lo de menos, o no…, lo importante y lo que nos debería de preocupar, es saber que nos están mintiendo.
Es una vergüenza mayúscula, que con todas las pruebas expuestas, no haya dimisiones en cadena y no se les prohíba a quienes hagan estas prácticas, no poder volver a ejercer cargo público alguno el resto de sus días.
Los ciudadanos no nos merecemos tanta manipulación mediática ni tantas mentiras, y sobre todo, estas formas de gobierno mafiosas.
Para entender un poco mejor, y no es porque esté mal explicado en el documental, esta charla en la Universidad de Verano, "Las cloacas en el diván: del periodismo a la pantalla" , donde Patricia López y María Avizanda, hacen un análisis más a fondo sobre algunos detalles de algunos de los personajes que salen en el vídeo, es muy esclarecedora para que sepamos qué, algunos de los periodistas que quizás algunos teníamos como imparciales, o al menos parecían distintos a los demás, quizás no lo sean tanto y estemos muy equivocados de lo que vemos por televisión o leemos en sus artículos.
Seguro que después de oírlas hablar sin pelos en la lengua, el concepto sobre algunos de estos periodistas muy conocidos cambia, y va a ser para mal. Ni son tan imparciales, ni las noticias que a veces nos puedan dar son tan creíbles. Dependen de quien les paga, y eso les corta las alas. No son ellos mismos, algunos son meras marionetas…
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