Luego vas y te crees que porque te dejen votar cada cuatro años vives en
una democracia. Es una democracia a medias, solo a medias…
Cuando sabes que hay policías, jueces, políticos, empresarios… y toda una
trama detrás que ha estado actuando en la sombra desde hace décadas para los
intereses de unos pocos, no se puede decir que vivamos en una democracia como
tal, más bien es una democracia engañosa y mísera.
Cuando sabes que hay una policía paralela, que actúa de forma corrupta al
margen de la policía que sí que hace bien su trabajo, y que elaboran informes
falsos para desprestigiar a los rivales políticos contrarios a los intereses de
los poderosos, según interese, y un sinfín de cosas dignas de una película de
espías y tramas mafiosas, no se puede decir que vivamos en democracia. Vivimos con coletazos de
la dictadura todavía, y eso, después de haber pasado tantos años, no puede
hablar bien de nuestra democracia.
Esta gente que conspira con estas prácticas, el desprecio que tiene por el
poder legislativo y por el Parlamento es absoluto.
Se cree que, una mentira, contada en diferentes medios por un tiempo
considerable, al final, esa mentira se la creen un 50% de las personas que la
oyeron.
Estoy seguro, que a poco que hayáis visto esta semana algún telediario o hayáis leído algo de la prensa, habréis visto abrir telediarios o leer en primera página, seguro, el homenaje a Miguel Ángel blanco; habréis oído hablar de los logros del gobierno (según ellos), y como no, de lo que está pasando en Venezuela; como si no hubiese ningún otro país en el mundo donde se violen los derechos humanos a diario, pero dudo mucho, y estoy casi convencido, que la mayoría de vosotros no habréis visto abrir ningún telediario ni en primera página de los periódicos de siempre, hablar, ni mencionar un poco siquiera, sobre el documental que se estreno la semana pasada sobre "Las cloacas de Interior", un trabajo de investigación que desentraña las maniobras de guerra sucia y persecución de los oponentes políticos en el seno del Ministerio de Interior del gobierno del PP. Producido por Mediapro, recoge el trabajo de los periodistas de Público, Patricia López y Carlos Enrique Bayo.
Ni lo habréis visto ni lo vais a ver, al menos por el momento, porque ninguna cadena de televisión de ámbito nacional ha querido emitirlo y dar la noticia sobre ello. El gobierno se está preocupando mucho que se haga el menor ruido posible con este asunto, no les interesa que se sepan las vergüenzas que el documental destapa.
“En mis cuarenta años de policía, en mi vida había visto, o había sospechado,
que un grupo de policías se dedicaran a proteger a los malos en contra de las
víctimas de los delitos”.
Como bien dice la periodista Olga Rodríguez: "denunciar determinadas
realidades no suma puntos, resta, resta puntos. Denunciar a Podemos en muchas
redacciones: suma puntos. Denunciar la corrupción y la connivencia del
bipartidismo con determinadas realidades: resta puntos. Y por eso, la situación
del periodismo, a día de hoy, es la que es.
Tenemos que exigir a los medios de comunicación y a los periodistas
información de calidad y castigar a los medios y a los periodistas que nos
están vendiendo propaganda o basura o que están tergiversando, de forma
cotidiana la información
Tendremos que empezar a preguntarnos y reflexionar cuando veamos o leamos
una noticia, sobre la frase del maestro Kapuściński:
"El deber del periodista es informar de manera que ayude a la
humanidad y no fomentar el odio o la arrogancia".
Cuando veamos a un periodista en la tele, de esos que se multiplican por cuatro y
aparecen en todas la tertulias como si no hubiesen más periodistas con la carrera terminada, hablando
a veces pestes sobre alguien, aunque sea mentira lo que dicen, deberemos preguntarnos: ¿Está fomentando el odio
o la arrogancia? ¿Está ayudando a la humanidad, o todo lo contrario?
Luis Escamilla
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