4/9/2016
Pepo Jiménez
Más allá de la crítica sesgada de enemigos y anticatólicos a la vida y obra de Teresa de Calcuta, la unanimidad en la bondad de su legado se puede poner en tela de juicio repasando ciertos datos que muchos hoy van a obviar pero que también forman parte de su historia.
Hoy la Iglesia católica encumbra a uno de los personajes más queridos dentro de su comunidad. La albanesa Agnes Gonxha Bojaxhiu, premio Nobel de La Paz de 1979 y beata cristianamente ejemplar de 2003 será llevada al olimpo del club de los 10.000 iluminados de la iglesia. Siempre según los principios de su doctrina.
Independientemente de los títulos que un club ideológico se invente para alguno de sus miembros es importante no olvidar los mecanismos propagandísticos que hincharon su bondad y buena fe, ocultando a la vez información para elevar a un personaje público a la categoría de superheroína de TODA la humanidad. Una imposición sin maniqueísmos ni refutacion posible fuera de los que merecen su infierno.
El populismo, la desinformación y la certeza de poseer inequívocamente la mejor moral de toda la historia hacen inviolable su diagnóstico. Pero la carrera ejemplar de una persona que ya es superada por el personaje está llena de altibajos y evidencias que, cuanto menos, ponen en entredicho su vida y obra.
Que sea ejemplo para la Iglesia no significa que tenga que ser modélico para los demás.