Cristina Fallarás (Zaragoza, 1968) es un torrente de palabras que fluyen a través de un tupido paisaje poblado de gestos. Periodista incombustible, acaba de ser nombrada directora de Diario 16 después de pisar la moqueta de un sinfín de redacciones y de sacudirse el frío en la cola del paro. Practica la novela negra, aunque su último libro, A la puta calle, es la crónica de un desahucio en primera persona. Tiene dos hijos: Lucas, que guarda silencio pasillo adentro, y Pepa, que acaba de llegar a casa tras salir del cole.

Huelga de deberes en España. ¿A favor o en contra?
Los niños son los únicos que siguen teniendo una organización industrial en un mundo posindustrial. Todavía tienen ocho horas de trabajo, más las extras. Además, se da la paradoja de que la mitad de los padres no trabaja, aunque ellos siguen cumpliendo con sus horarios. Nadie curra ocho horas: el que tiene mucha suerte trabaja cinco, los que tenemos poca trabajamos catorce y los que no tienen ninguna trabajan dos cada diez días. Los críos son los únicos que nos anclan a una realidad que ya no existe, y los deberes son un ejemplo de ello. Ahora, los padres critican las tareas en casa, porque están todos parados. ¿Cómo iba a estar yo en contra hace una década, cuando curraba desde las diez de la mañana hasta las once de la noche? Entonces, si estaban entretenidos con los deberes, mejor, porque no ponían la tele. Pero ahora los padres recogen a los niños en el colegio a las cuatro de la tarde y quieren tiempo para estar con ellos. Porque están en paro y disponen de él, claro. ¿Si estoy a favor o en contra? Me dan igual tanto los deberes como la educación, que es una norma social.