Miguel Jara el 16 de septiembre de 2012
Leo en El Mundo que a la industria farmacéutica, así en general, le han salido nuevos “enemigos”. Vaya por delante que no me parece bien generalizar que aunque entiendo que al hacerlo conseguimos entendernos ahorrando explicaciones. La industria farmacéutica incluye a muchos laboratorios de diferentes tamaños, enfoques (los que ofrecen más medicamentos de patente, los que apuestan por los genéricos, los dedicados a eso que ha dado en denominarse medicinas alternativas o complementarias, etc), y ni siquiera podemos escribir que todos juegan en el mismo marco, el capitalismo, porque países como Cuba por ejemplo poseen una industria biomédica notable.
A lo que vamos. Esos nuevos “enemigos” son dos médicos que han escrito un libro, Guía de los medicamentos útiles, inútiles o peligrosos(Cherche Midi), que ha abierto el debate en Francia sobre el uso de los medicamentos en ese país. Entiendo que aún no se ha traducido al castellano, en cuanto sea así lo leeremos, claro. Perdonadme si me pongo un poco snob al comentar que no creo que a estas alturas de la película de mi vida me sorprenda gran cosa el contenido de fondo (sí seguro un montón de cosas concretas que se narren en sus páginas) pero bueno, que es domingo oiga.
Sus autores tratan de desenmascarar los intereses de las grandes corporaciones farmacéuticas que, a sus ojos, se rigen en la actualidad por el afán del lucro, dirigidas por gestores que sólo piensan en cumplir el objetivo anual de un 20% de rentabilidad. Un repaso por 4.000 productos a la venta en Francia determina cuáles de ellos son buenos, nocivos o simplemente inocuos.
Me recuerda a mi Traficantes de salud. Cómo nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad, que publiqué en 2007. En él hago un repaso por los casos de muertes o graves daños a la salud provocados por medicamentos en la historia reciente. Luego vendrían más, por desgracia. Lo último, la muerte de Andrea, la chica de trece años asturiana que falleció tras recibir una segunda dosis de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Los autores argumentan que
“el 50% de los medicamentos son inútiles, el 20% no son bien tolerados por los pacientes y hay un 5% por ciento potencialmente peligrosos“.
Según los autores de este manual en Francia donde, como en España, falta dinero para financiar la sanidad pública (o eso se dice) se gastan inútilmente entre 10.000 y 15.000 millones de euros en productos que no curan, algunos de los cuales pueden ser perjudiciales para la salud cuando no mortales (en el país galo recordad el caso Mediator). ¿Entendéis por dónde se podría recortar para ahorrar en gasto sanitario?
Por supuesto que existen medicamentos útiles e indispensables (la Organización Mundial de la Salud (OMS) maneja una lista de fármacos esenciales, entre 300 y 400 de las miles de marcas que hay en el mercado). Pero en los últimos 20 años no se ha descubierto ni un solo tratamiento importante, a gran escala, dicen estos médicos. Me parece eso sí que la lista negra de estos profesionales, en la que incluyen algunos antiinflamatorios, por ejemplo, ha de ser breve por aquello de que “sólo” consideran peligrosos a un 5% de los fármacos. No qué baremo aplican, será interesante leer el libro.
También tratan en el texto otros temas importantes como el del fraude científico que supone que la mayor parte de los medicamentos patentados en los últimos años no suponen novedades terapéuticas sino que se hacen cambios sin importancia en la composición o presentación de fármacos ya existentes y vuelven a registrarse como si fueran nuevos para venderlos a precios caros. Esto es algo de lo que hablé el viernes en un programa de la Cadena SER con el director de Médicos sin Fronteras, Carlos Ugarte.
El mismo día que El Mundo declaraba a estos médicos franceses “enemigos” de la industria (no es que existan enemigos de la industria farmacéutica es que algunos laboratorios se han empeñado en ser enemigos de las personas) expertos nacionales e internacionales en los ámbitos de la Economía Aplicada y Economía de la Salud, así como responsables sanitarios de la Administración tanto central como autonómica, asistieron al XII Encuentro de la Industria Farmacéutica en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, dedicado a analizar las perspectivas de evaluación de la eficiencia de los fármacos en España.
Pues eso, que lean los libros y que se apliquen el cuento. Claro, que si quienes han de decidir sobre qué medicamentos financiar y cuales no, acuden a jornadas de la mano de Farmaindutria, el principal lobby de fabricantes de medicamentos, tendrán que cuidar que su independencia no flaquee como flaquea.
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