José Antonio Pérez – ATTAC Madrid
La Justicia española demuestra gran diligencia para juzgar los pequeños hurtos en supermercados por parte de personas desesperadas. Mientras tanto, los grandes delincuentes siguen en libertad y con grandes probabilidades de que las causas que se les imputan sean archivadas.
El pasado 6 de junio, seis desempleados de El Ferrol entraron en un supermercado de la cadena DIA, llenaron una cesta con alimentos básicos (arroz, galletas, pasta y legumbres) y al llegar a la caja entregaron una cartilla de desempleo como pago. Fue una acción simbólica y reivindicativa organizada por la Asamblea de Desempregad@s de Ferrolterra, tutelada por el sindicato nacionalista CIG, que agrupa a una treintena de personas sin trabajo. Los alimentos tomados de esta forma estaban destinados a las ollas de la Cocina Económica de la ciudad naval.
Desde el punto de vista legal, la acción de estos ferrolanos se considera un hurto, cuya cuantía no llega a 26 euros. Ayer quedó visto para sentencia el juicio por una falta que la fiscalía pide castigar con 635 euros. 60 euros para cada uno de los seis imputados (tres euros al día durante un mes) y otros 275 euros a repartir entre todos para indemnizar a la cadena de supermercados DIA que los denunció.
Fue un juicio rápido, que demostró que la Justicia española funciona con eficacia. Cuando quiere, porque hay otros casos cuya vista se demora durante años y luego sucede que que nuestro sistema garantista deja de actuar contra los imputados al haber prescrito el delito del que se los acusa.
Por ejemplo, Emilio Botín, su hermano Jaime y todos sus hijos se salvaron de la cárcel y de unas fuertes sanciones gracias a la benevolencia de la Agencia Tributaria que, en junio de 2010, en vez de mandarles a la inspección les concedió un tiempo precioso para regularizar su situación. Los Botín pagaron 200 millones de euros sin ser sancionados. Luego, el juez de la Audiencia Nacional archivó la causa confirmando en el auto que esta regularización basta para conceder la llamada “excusa absolutoria”.
En la misma línea se mueve Iñaki Urdangarin. El avispado yerno del Rey acaba de pedir a la Audiencia Provincial de Palma que, si del informe que la Agencia Tributaria de Catalunya prevé presentar al juez se desprende que incurrió en posibles delitos fiscales en relación a 2003, 2004 y 2005, se declaren prescritos y “no sean valorados a efectos procesal o penal alguno”, en relación al caso de corrupción Noos.
¿Alguien se acuerda a estas alturas de la trama Gürtel, que afectó de lleno a los Gobiernos regionales del Partido Popular en Madrid y Valencia? En estas comunidades autónomas se ha llevado a cabo un auténtico expolio de los servicios públicos, especialmente de sanidad y educación. Las privatizaciones de bienes públicos comienzan a recordar el proceso de cercamientos (enclosures) de los campos abiertos y pastos con formas de aprovechamiento colectivas que hubo en la Inglaterra del período 1450-1640, a raíz de la elevada cotización que alcanzó el precio de la lana.
Esta circunstancia incentivó el cierre de los campos para destinarlos exclusivamente a la cría de ovejas. Hasta entonces, la gente más pobre podía subsistir aprovechando los recursos mínimos que brinda la naturaleza en los campos abiertos o comunales (open fields): leña, frutos silvestres, restos de cosechas, etc. Privados de esa posibilidad por los cercamientos, millares de campesinos quedaron imposibilitados para sobrevivir en los terrenos comunales de en los que habían vivido. Una legión de desheredados se vió forzada a vagabundear en busca de algún sustento que, a veces, sólo podían obtener mediante pequeños hurtos, contra los que se legislaron severas penas. El robo de una gallina era motivo suficiente para ir a la horca. Así lo denunció Tomás Moro:
¿Qué otra cosa les queda sino robar y que les cuelguen [...] o vagar y mendigar, aunque en este caso también se les arroja a la cárcel, pues deambulan ociosos al no aceptar nadie sus servicios a pesar de que ellos los ofrecen con el mayor ahínco? [...] Un único ovejero o boyerizo es suficiente para todo el terreno donde pasta el ganado.
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Vía:http://www.attac.es/2012/09/21/a-este-paso-no-tardaremos-en-ver-como-el-robo-de-una-gallina-se-castiga-con-la-horca/
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