Juan ST 24 septiembre 2012
Dos mil quinientas cincuenta empresas públicas hay en España. Este dato así suelto no sé si dice mucho o no, pero si vemos la tendencia que ha experimentado el número de empresas públicas en España, vemos que el crecimiento ha sido demasiado elevado para la situación que vivimos.
El gráfico (vía IE Economy Weblog) que aparece a continuación muestra:
1) el número de empresas estatales y autonómicas que incluyen entidades públicas empresariales, entes públicos y sociedades mercantiles; lo que se podría denominar el sector público empresarial
2) los datos de empresas municipales que incluyen las sociedades mercantiles y entidades públicas empresariales dependientes, unicamente, de los ayuntamientos. No se incluyen por tanto, las que dependen de consorcios locales, diputaciones, mancomunidades, etc.
Evolución del número de entes públicos (empresas públicas y sociedades mercantiles) por nivel de la Administración (no se incluyen Organismos Autónomos, Agencias, Consorcios y Fundaciones)
Lo peor de todo creo que es ver cómo desde que explotara la burbuja económica (año 2007 – 2008) el número de empresas públicas ha aumentado de manera más que relevante. Salvo las empresas públicas dependientes del Estado, número que se ha ido reduciendo moderadamente desde 2007, las correspondientes a las Comunidades Autónomas y a las Administraciones Locales han crecido de manera más que preocupante. Sumando las empresas públicas del Estado, CCAA y Adm. Locales, hemos pasado de tener 2.294 en el año 2007 a 2.549 empresas en 2011, o lo que es lo mismo hemos sumado 255 empresas en una etapa en la que lo que deberíamos haber hecho es adelgazar el número de empresas de nuestras administraciones.
Todos sabemos que:
- Hay demasiadas empresas públicas que nos cuestan mucho dinero
- Hay bastantes duplicidades de empresas de públicas de administraciones autonómicas o locales con el Estado Central. Por ejemplo en materia de cultura existe un Ministerio de Cultura, 17 Consejerías de Cultura, 52 Diputados de Cultura en las Diputaciones Provinciales, y miles de Concejales de Cultura en la mayoría de los Ayuntamientos del país. Algo podríamos simplificar en este sentido, verdad?
- El daño económico que están haciendo la mayoría de televisiones autonómicas a sus respectivas comunidades. El elevado déficit que suponen hace que sea muy difícil defender la existencia de tantas cadenas como empresa pública (servicio público) con unos programas y contenidos parecidos y competitivos a los que ofrecen las cadenas privadas.
- El “invento” de las embajadas regionales en el exterior también es de difícil de explicación. A nivel de comercio exterior hay unas 300 “embajadas” abiertas en el exterior, solapando la tarea del Icex sin que eso suponga mejores resultados. No hay cifras exactas sobre su coste real, aunque se estima entre los 300 y 400 millones de euros. Un esquema parecido se reproduce en la promoción turística y deja entrever las muchas vías de fuga que engordan el déficit público.
Todo esto es un grave problema para nuestra economía y un sinsentido que hemos ido creando y que ahora debemos arreglar cuanto antes. Cuando se habla de recortes, personalmente creo que son más que necesarios. Pero no ver nada que “toque” y retoque este apartado de empresas públicas, hace ver que los recortes se pueden hacer mucho mejor de lo que se está haciendo sin que sea tan complicado o tan difícil.
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