Blog imprescindible sobre
consumo colaborativo, el artículo o post que os reseño con el sugerente título de
“Que no hay dinero? No problem… ¡vivan los regalos!” es fundamental para entender brevemente lo que en mi libro denominé
“ayuda mutua”, y enumera y describe muchas de las experiencias de cultura del regalo o la donación que actualmente podemos ver en cada vez más lugares como las
tiendasgratis, las
Givebox, las
gratiferias, los
Gift Circles americanos, además de las webs ya clásicas colaborativas desde
Wikipedia a
freecycle pasando por
Couchsurfing, y algunas nuevas plataformas nacionales e internacionales muy poco conocidas o en su fase inicial pero también muy prometedoras.
Los
promotores del blog son además consultores de
OuiShare, una comunidad global de emprendedores, periodistas, investigadores, diseñadores, activistas y ciudadanos trabajando en favor de la
Economía de la Colaboración, organizada a base de nodos locales en diferentes países (París, Londres, Berlin, Barcelona, Roma, Bruselas,…), actuando a nivel global con su blog colaborativo y a nivel local organizando eventos sobre Economía Colaborativa (alguno
han realizado ya en Barcelona…)
El
Directorio del blog es por cierto
impresionante e incluye todo lo que podemos denominar más ampliamente como
“Economía Colaborativa”, pues aparecen desde bancos de tiempo hasta monedas complementarias, apartados donde somos referidos en más de una ocasión….
¡gracias por la colaboración!
Nuestro
sistema financiero recién rescatado por la UE, millones de personas sin empleo ni ingresos, los salarios y las pensiones cada vez más bajos, el crédito restringido tanto para familias como para empresas y, por supuesto, recortes y más recortes. Con este panorama no cabe duda que la pregunta del millón es,
¿Cómo vamos a vivir… sobre todo, cómo vamos a consumir?.
Lejos de encontrar una respuesta evidente, lo que sí está claro es que la crisis actual representa un escenario perfecto para la inventiva, las ideas originales y la recuperación de algunos valores y prácticas del pasado con el objetivo de encontrar algún camino que nos evite caer en el abismo.
¿Y cuáles son estas iniciativas? Pues como ya sabemos están apareciendo alternativas al consumo convencional, como los mercadillos de segunda mano y de trueque, los bancos de tiempo, las monedas sociales y otros
cientos de proyectos de consumo colaborativo que fomentan el compartir y la reutilización de los recursos utilizando internet como herramienta principal.
Al margen de estos planteamientos que implican en mayor o menor medida una negociación entre los usuarios (con el fin de llegar a un acuerdo de intercambio), también está en auge una nueva tendencia que va un paso más allá, la denominada
Gift Economy o Gift Culture, que suele traducirse como la
Economía del Don o Cultura del Regalo.
La Cultura del Regalo representa la expresión de dar sin esperar nada a cambio, un movimiento en auge que reúne a las iniciativas que crean relaciones y comunidades de personas donde se ofrecen bienes y servicios sin un acuerdo explícito para conseguir un pago inmediato o futuro sobre los mismos, contrariamente a lo que se hace en la compra-venta, trueque o cualquier otro tipo de actividad de consumo donde se produce un intercambio.
Se ofrecen bienes y servicios sin un acuerdo explícito para conseguir un pago inmediato o futuro sobre los mismos.
Si bien los orígenes de la Cultura del Regalo son inciertos, hay antropólogos que afirman que las sociedades cazadoras-recolectoras funcionaban básicamente como Gift Economies (y no utilizaban trueque como se suele pensar). Por otro lado
Lewis Hyde, autor de “
The Gift”, pone como ejemplo el ritual
Kula, un círculo de regalos ancestral que sigue realizándose en la actualidad en los archipiélagos de Papúa Nueva Guinea. También existen rituales similares en otras islas del Pacífico desde hace siglos.
Sin embargo, no hace falta viajar al pasado ya que en la actualidad tenemos un ejemplo muy claro: los círculos familiares y de amigos, en ellos estamos acostumbrados a regalarnos cosas y hacernos favores para cubrir necesidades sin negociación ni intercambio de por medio, pues consideramos que se tratan de relaciones de confianza y apoyo mutuo.
De todas maneras, lo que realmente nos interesa aquí es averiguar si se podrían crear este tipo de relaciones con personas ajenas a nuestros círculos más cercanos. ¿Es posible cubrir nuestras necesidades (sin recurrir al dinero ni al intercambio) interactuando con decenas, cientos o miles de personas? Veamos algunos ejemplos.
Como su nombre indica son tiendas donde los artículos no tienen ningún precio, sino que son gratis. Las
Umsonst Landen (tienda gratis en alemán) se hicieron muy populares a finales de los 90 en Alemania y en ellas se pueden encontrar todo tipo de objetos usados como ropa, cds, libros, juguetes y otros artículos que esperan a que alguien se los lleve gratuitamente.
La
Givebox es una iniciativa actual que se está poniendo en marcha en Berlín cuyos precursores prefieren mantenerse en el anonimato. La idea consiste en la instalación en la calle de una especie de quiosco en el que se pueden dejar o recoger ropas y otro tipo de objetos para que quien quiera pueda pasar a mirar y coger lo que desee de manera gratuita.
Las
Gratiferias son como los típicos mercadillos de calle con la diferencia de que todo es gratis. “
Trae lo que quieras (o nada) y llevate lo que quieras (o nada)”, este es el lema de esta propuesta tan original donde es posible ofrecer lo que ya no se usa y obtener lo que se necesita sin utilizar dinero ni hacer ningún tipo de intercambio o trueque.
El ideólogo y fundador de las gratiferias es el argentino
Ariel Rodríguez Bosio y la idea empezó a tomar forma en los inicios del 2010 en Buenos Aires y otras ciudades de Argentina y Uruguay, extendiéndose progresivamente por Latinoamérica y llegando a España en este año y ya se han celebrado gratiferias en Valencia, Barcelona, Sevilla y Málaga. Nuestro amigo
Alejo Molochnik residente en Buenos Aires realizó y editó (y todo ello gratis!) la siguiente entrevista a Ariel Rodríguez. Gracias a ambos!
Esta iniciativa es muy similar al
Really Really Free Market que desde mediados del 2005 se lleva realizando en San Francisco y en otras ciudades de los EEUU. Ambos proyectos buscan romper con la lógica de la economía tal como la conocemos, minimizar el impacto ambiental, disminuir el volumen de basura que generamos y cambiar los hábitos consumistas.
Otra posibilidad para cubrir necesidades (más allá de las materiales) es el concepto del
Gift Circle. Desarrollado por
Alpha Lo es una práctica que se está extendiendo por los Estados Unidos y consiste en realizar una reunión semanal, donde los participantes exponen una o más cosas que les gustaría ofrecer y qué necesidades les gustaría cubrir a través del grupo.
Al parecer, muchas veces, se produce una mágica sincronicidad para cubrir las necesidades que van apareciendo.
¿Necesitas que te lleven al aeropuerto el viernes? ¡Qué curioso, mi marido también tiene que volar ese día!
Con el tiempo, los miembros del grupo van conociéndose mejor y se sienten más confortables para pedir y ofrecer a otros que forman parte del círculo, creciendo de este modo el sentimiento de comunidad.
Aquí os dejamos un vídeo donde el creador del concepto explica como funciona un Gift Circle en 2 minutos.
La expansión de internet es un testigo privilegiado del resurgir de las Culturas del Regalo. Para entender su evolución es necesario comprender que muchos aspectos de la cultura digital no se ajustan a los principios económicos tradicionales que no consiguen explicar ni el
copyleft, ni la cantidad de sitios webs, ni de programas de
software libre, ni de sistemas para compartir archivos entre iguales que funcionan como un sistema abierto y comunal para compartir y gestionar recursos.
Con las teorías económicas convencionales tampoco se puede explicar como miles de programadores repartidos por todo el mundo trabajan gratis y ofrecen el
código fuente de sus programas en internet, de manera que cualquiera puede copiarlo o, lo que es más importante, modificarlo y mejorarlo.
A pesar de no conseguir dinero, con su actitud estos programadores consiguen
prestigio y respeto, mientras que el conjunto de la comunidad y otros usuarios se benefician de un mejor programa. No cabe duda que pertenecer a una comunidad en la que se comparten, no sólo código fuente, sino valores morales y objetivos sociales, puede ser una
potente fuerza creativa por sí misma.
Por otro lado ni que decir tiene el caso de
Wikipedia, con la que podemos cubrir nuestra necesidad básica de conocimiento con los más de
20 millones de artículos en 282 idiomas y dialectos redactados por voluntarios de todo el mundo. ¡Esto sí que es un gran regalo al mundo!
Otro caso más que remarcable también es el de
Couchsurfing. Desde sus inicios en 1999, su objetivo ha sido el de crear una comunidad global donde sus usuarios ofrecen alojamiento gratuito para poder viajar y conocer culturas a través de fomentar la hospitalidad.
Hoy en día hay otras webs similares, pero sus
casi 5 millones de usuarios en 207 países demuestran como la
reciprocidad indirecta (tú me alojas, y otros te alojarán a ti) es un atractivo suficiente para crear una comunidad donde sus miembros interactúan sin esperar un beneficio inmediato.
La reciprocidad indirecta (tú me ayudas y otros te ayudarán a ti) es un atractivo suficiente para crear una comunidad donde sus miembros interactúan sin esperar un beneficio inmediato.
El caso de
Freecycle también es asombroso. En mayo del 2003 su fundador envió un email a unos 40 amigos explicando la idea de fomentar el reciclaje a través de la creación de una lista de emails en la que se compartieran objetos materiales entre sus miembros. Hoy en día tiene
casi 9 millones de miembrosrepartidos por todo el planeta.
Siguiendo este ejemplo encontramos a nivel nacional
nolotiro.org y
segundamanita.com (con código abierto basado en Nolotiro). Nolotiro empezó su andadura a finales del 2008 y gracias al cual a día de hoy se evita que
entre 6.000 y 10.000 objetos al mes vayan a la basura. Aquí os dejamos un vídeo de 1 minuto donde se explica la idea:
Más recientemente una nueva ola de proyectos están creando herramientas para que sus usuarios cubran sus necesidades sin recurrir al dinero ni el intercambio. En ellas la propuesta es similar, pero va más allá del reciclaje de bienes materiales. En estas plataformas se pueden ofrecer o pedir todo tipo de regalos y préstamos de cosas, compañía y cuidado de personas, consejos, asesoramiento y cualquier otro tipo de favor que necesitemos.
Podríamos preguntarnos cómo es posible que unas comunidades estructuradas sobre la confianza, el trabajo voluntario y la colaboración pueden ser más eficientes y flexibles que muchos intercambios convencionales que se producen en el mundo real.
Los sociólogos llevan mucho tiempo intrigados por este tipo de iniciativas desinteresadas. Muchos se preguntan qué es lo que motiva a las personas a participar en ellas…. si a priori no hay intercambio, ¿qué beneficios se obtienen al participar en un proyecto o comunidad de este tipo?
El físico y filósofo alemán
Stefan Klein nos da más pistas en “
La revolución generosa”, un libro resultado de una investigación científica rigurosa que demuestra por qué la colaboración y el altruismo son el futuro y por qué estas actitudes nos hacen más felices. En él encontramos afirmaciones como las siguientes:
“Los hombres que prestan ayuda a otros viven por regla general más sanos y contentos y a menudo tienen más éxito que sus contemporáneos que sólo piensan en su propio bienestar.” (pág 13)
“Las investigaciones neurológicas demuestran que el altruismo activa en el cerebro los mismos mecanismos que el hecho de disfrutar de una tableta de buen chocolate o también del sexo.”
(pág 14)
“Puede que para muchos sea inusual dejarse guiar por los intereses de otros. No obstante, la disponibilidad a prestar ayuda a otros es una actitud que se puede practicar hasta que resulte tan común como ir en bicicleta. El temor a ser explotado desaparece con el tiempo y con el ánimo para dar crece un sentimiento de libertad. Pues el altruismo nos hace felices y cambia el mundo.” (pág 299)
El altruismo activa en el cerebro los mismos mecanismos que el hecho de disfrutar de una tableta de buen chocolate o también del sexo.
El divulgador
Charles Eisenstein explica en su libro “
Sacred Economics” que los beneficios de las Gift Economies se dan en base a
la reputación y el prestigio que cada usuario tiene dentro de su comunidad, y que este tipo de comunidades fomentan la gratitud y la aparición de la reciprocidad indirecta entre sus miembros.
Para Eisenstein la seguridad en la vida no viene tanto del tener bienes materiales, sino del dar a los demás y de las conexiones que creamos con ellos.
Para profundizar podeis ver este
vídeo en el que Eisenstein nos narra por qué el presente actual es un buen momento para el cambio.
Más allá de la caridad, el paternalismo o la bondad religiosa está el sentido común y la sociedad del crédito y del hiperconsumo de los últimos años no ha sido positiva para la mayoría de personas, siendo la crisis un reflejo de ello.
Uno de estos cambios, promovido también por el Consumo Colaborativo y la Cultura del Regalo, es la
orientación al procomún y al acceso compartido de bienes y servicios vs. la búsqueda del beneficio a corto plazo y la acumulación de bienes de propiedad individual.
Equilibrar nuestras vidas entre
un honesto egoísmo y una contribución positiva a nuestro entorno puede ser una buena pauta a seguir. Para ello este tipo de proyectos nos ayudan a realizar el cambio de paradigma necesario para recuperar los valores perdidos como
el compartir, la colaboración y la confianza, a través de herramientas que despiertan el sentido de comunidad y fomentan unas relaciones sociales de más calidad humana, elementos que según “
Happy, the movie“, serán la clave para incrementar nuestra calidad de vida y en definitiva para ser más felices.
El autor de este magnífico e inspirador artículo es
Cristóbal Gracia, economista de formación, con residencia actual en Barcelona y cofundador de
Favorece, iniciativa de la que nos hablará en más detalle en el futuro.
http://www.consumocolaborativo.com/2012/07/17/que-no-hay-dinero-no-problem-vivan-los-regalos/
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