Esta crisis tiene muchos ejes pero uno de ellos es sin duda el del trabajo. Vivimos en la era de la automatización del trabajo y, paradójicamente, también en un mundo de escasez creciente de las materias primas esenciales, petróleo, cobre, tierras raras... Esta paradoja nos lleva necesariamente hacia una gestión más eficiente de los recursos. Toca reajustar de nuevo las jornadas laborales que apenas sí han cambiado desde la Segunda Guerra Mundial. Recordemos que antes de la semana 5/2 dominaba la semana 6/1. Conseguir que el sábado fuera festivo fue un avance social pero a la vez una necesidad, lo mismo ocurrió con la reducción de jornada a las 40h. Sí, esa jornada que los empresarios españoles obligan a incumplir. Toca, no solo hacerla cumplir, sino reducirla de nuevo a las 30h, por lo menos. De la misma forma, la edad de jubilación debería adelantarse progresivamente hasta llegar a los 60 años.
La crisis capitalista es inevitable porque los incrementos de productividad no han ido acompañados de decrementos de jornada. El sistema ha producido pues cada vez más y más lo que nos ha llevado a la vorágine consumista actual, obligándonos a cambiar de productos cada vez con más frecuencia y poniendo de moda el "usar y tirar". Tal desenfreno tiene un coste medioambiental enorme pero, aún así lo hemos asumido porque de lo contrario generaríamos paro o deberíamos reducir jornadas. Ahora, llegamos a un punto en el que el mundo dice basta, el petróleo es caro, el cobre es caro, el uranio también y lo seguirá siendo y cada vez más. Encima nuestro país tiene un paro galopante y lo seguirá teniendo por mucho tiempo. Solo podrían reducirlo un sector público renacionalizado y decidido a absorber buena parte del desempleo. Pero aun así un 25% es ya una cifra descomunal y no podemos volver a sobreconsumir. Debemos reducir el desempleo sin recaer en el mismo error. Toca pues afrontar lo inevitable reajustar las jornadas y la edad de jubilación a la realidad.
: |
No hay comentarios:
Publicar un comentario