Rato y César Alierta
Como era de esperar en “La Entrevista Amañada” en
TVE al Rey en su 75 cumpleaños, y dirigida por Jesús Hermida, no se
pregunto ni se dijo nada que no se supiera de antemano. Algo durante la semana hacía presagiar que no se
ahondaría demasiado en ningún tema espinoso. La entrevista estaba pensada para
intentar mejorar la imagen del monarca y de
la casa real por todo lo acontecido durante el año pasado, pero aunque se
omitieran esas preguntas delicadas, los problemas, todos sabemos que siguen
estando ahí, y el Rey también lo sabe.
Hermida, como siempre, respetuoso en sus palabras,
pero quizás un poco cobarde al tener enfrente a un Rey. Tanto tiempo fuera
de los focos lo han dejado un poco obsoleto. No se atrevió a formular ni
siquiera una pregunta un poco molesta ni quiso entrar en polémicas. Tal vez se
lo prohibieron con antelación y no sería de extrañar. Y el Rey, por su parte,
tampoco dijo nada nuevo que no sepamos, es más, me pareció en algún momento que
hablaba de España como si viviera en otro país distinto y no conociera de
primera mano lo que realmente está ocurriendo, no entro a fondo en ninguno de
los temas que quizás mucha gente esperaba.
Seguramente, más de un abuelo pensionista se quedo con
las ganas de oír decir por la boca del Rey, que los banqueros que lo han hecho
mal estafando a la gente con sus ahorros deberían estar en la cárcel, aunque
claro, eso le habría llevado a tener que hablar de su yerno también y quizás no
era el día. Lo habrá dejado para otro sermón posterior.
Una cosa dijo que me gusto y estoy totalmente de
acuerdo con él. Oí al Rey entonar más de una vez el “juntos podemos”. Sí,
varias veces, y ahí le doy toda la razón porque es verdad que “Juntos
Podemos”. Solos no porque son muchos y con muy malas intenciones.
Cada uno por un lado es más complicado llegar a
conseguir algo tan difícil, pero juntos podríamos hacer mucho más de lo
que imaginamos. Tengo la sensación, de que no nos terminamos de creer
el poder que cada uno de nosotros llevamos dentro. Y no nos lo creemos porque
todos de algún modo tenemos miedo y nos paraliza.
El poder, se ha estado preocupando durante bastantes
años de meternos el miedo en el cuerpo de muchas y diferentes maneras
para debilitarnos como individuos con opinión propia. Les
interesa que seamos sumisos como borregos y están consiguiendo lo que
llevan años buscando. Hacer que nos sintamos mal y culpables de la situación en
la que estamos, puesto que no se cansan de repetir al decirnos una y otra vez
que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, y a la vez, que les
demos las gracias por no estar todavía peor. Y la verdad, no se
merecen que les demos las gracias por nada, porque han sido ellos
los únicos culpables de que nos encontremos ahora en esta situación tan
compleja.
Ellos son los que deberían de dar más
explicaciones de lo que han hecho para derrochar sin miramiento lo que no era
suyo durante tanto tiempo pero que si lo han tomado como tal.
Han sido ellos como estamos viendo a diario, que
no pasa ni un día en que no salga un nuevo caso
de corrupción o algo relacionado con alguna trama especulativa de
algo relacionado con altos cargos, alcaldes o concejales y en cualquier parte
de España, de norte a sur y de este a oeste, y de un partido y de otro sin
importar los colores.
Hay para todos los gustos, y ya cansa y raya por
encima de la vergüenza lo que está pasando y que la justicia
no actúe como se le supone debiera de hacerlo, con mano dura con todo
tipo de corruptos políticos y banqueros y con más rapidez
en según que casos.
Han sido y siguen siendo ellos los que han vivido y
viven por encima de sus posibilidades,
y así durante muchísimo tiempo, pero a costa nuestra.
Vamos a ser claros, algunos de quienes nos representan
en diferentes partidos, han estado viviendo por encima de
sus posibilidades por lo menos tres décadas seguidas, pero eso
no es lo peor. Lo peor es que siguen teniendo la intención de
seguir haciéndolo cuanto más tiempo puedan mejor para ellos. Mientras
nadie los saque de la poltrona no van a tener la dignidad de irse.
Estamos dirigidos por personas
qué, exceptuando a unos cuantos, el resto no se merecen el
más mínimo respeto por parte de los ciudadanos. Se merecen el mismo
respeto que han demostrado tener ellos a quienes les votan de
buena fe para depositar su confianza y después no les hacen
ni caso, o sea, ningún respeto.
Están perdiendo a diario el crédito que
la gente si tuvo en otros tiempos a los políticos, porque no nos
olvidemos, la política es necesaria para vivir en democracia. Lo que
no es necesario, ni falta que nos hace, es mantener casi por norma como viene
siendo habitual, a políticos corruptos en la política, esto
bajo ningún concepto.
Individualmente hay muchas cosas contra las que no se
puede luchar en este mundo injusto, políticamente incorrecto y lleno
cada día de más gente sin escrúpulos y dispuesta a jugar
con la vida de los demás sin importarle el dolor que puedan estar causando, pero
juntos sí podríamos como se ha demostrado en otras ocasiones de la historia y
como se está demostrando en la actualidad mediante peticiones de comunidades y organizaciones como
Facua, PAH, Change.org y Avaaz.org, por citar algunas, pero hay muchas más y
cada una hace su papel no menos importante. El tiempo y la
historia dirán lo importantes que fueron todos estos movimientos
sociales en la lucha por las injusticias en nuestro país en un periodo
determinado.
Hagamos caso al Rey y empecemos a remar juntos que
podemos. Hundamos a Telefónica para empezar, o al menos
intentémoslo. Aunque hundir a una compañía
que opera en veinticinco países va a ser un poco difícil.
Pero quedémonos en España. Con lo que está
pasando aquí es más que suficiente. Podemos ver que poder de convocatoria
tenemos y qué somos capaces de hacer juntos.
Parar el primer
desahucio también fue una tarea difícil, y lo sigue siendo,
pero no por eso no ha valido la pena intentarlo, sino, todo lo contrario, está
sirviendo de mucho. Nos ha abierto las conciencias y la gente se está mentalizando
de qué mañana nos puede tocar a cualquiera. Nos está uniendo a una gran mayoría
y nos está convirtiendo en personas más comprensivas en lugar de alejarnos del
problema, aunque muchos tengamos la suerte quizás, de que no nos haya
tocado de momento, pero sí que nos ha puesto a pensar en los demás.
Puede parecer muy difícil hundir una gran
empresa, y lo es, pero no es imposible.
Yo no estaría muy tranquilo si 10 o 15
millones de personas, de la noche a la mañana se dieran de baja de
mi compañía y se pasaran a otra, todos de golpe, o en un plazo de pocas
semanas.
Cambiémonos todos de compañía, aunque sólo
sea por un año. Como repulsa al contrato de Rato y como rechazo a las empresas
que no practiquen la ética entre sus modos de trabajo.
No es que haya en el mercado otras compañías
telefónicas que nos vayan a regalar nada, no lo hace ninguna y todos lo
sabemos, no hay chollos, lo tienen bien montado todas, pero no es ese el
motivo. El motivo es porque nos tenemos que hacer oír como sea, y cuanto antes
mejor. Tenemos que dejar de no pintar nada como individuos solos y debemos de
dar nuestra opinión como grupo, porque, aún sin ser nuestra la compañía, nos
incumbe la forma que tenga de trabajar. Indirectamente, pero al menos, nos
convendría reflexionar y nos debería de importar un poco.
Y no es sólo con telefónica, viendo y sabiendo
las injusticias que hacen algunas empresas, la
misma acción se podría llevar acabo con bastantes más que
no están haciendo las cosas bien. Es para pensárselo, si habrá llegado
el momento de que los ciudadanos consumidores digamos basta de verdad a ciertas
prácticas de negocio poco éticas.
No me importa que cualquier persona se haga rica por
tener unos negocios fabulosos o unos puestos de trabajo envidiables. Los
admiro, pero no les tengo ninguna clase de envidia.
Lo que si me importa, es que se hagan ricos
perjudicando a los demás, aprovechándose y conocedores de leyes que
les permiten hacer todo tipo de saqueos sin importarles en absoluto nada
ni nadie que no sea un allegado a ellos. A veces no se respetan ni a sí mismos.
A algunas personas esto les importa poco, sólo tienen
avaricia en sus cabezas, cuando deberían de estar agradecidos de vivir
como viven y sabiendo lo mal que lo pasan otros, pero su codicia les puede.
Es hora de pensar en el
bien común sin egoísmos personales ante el poder exagerado
de unos pocos dominantes sin miramientos cívicos.
No hace falta salir a la calle en masa, ni nadie nos
va a poner una multa por manifestarnos como está ocurriendo últimamente,
es mucho más sencillo, solo hace falta querer hacerlo. Es cuestión de
llamar a otra compañía y solicitar el cambio, así de fácil.
Estoy convencido de que sería una lección para estas
empresas tan poderosas que nos tienen simplemente como números en sus hojas de
cálculo.
¿Cuántos hogares o clientes puede tener Telefónica en
España, ahora que hay más competencia y no tiene el monopolio como siempre lo
ha tenido?, ¿10, 15, 30 millones de contratos?
Hoy, la mayoría de esos hogares seguramente tienen
ADSL, esto sin contar los móviles.
Sólo en telefonía fija y con un promedio de 45 euros
al mes sin ningún extra de fútbol o imagenio, vamos a suponer que son 10
millones de clientes tirando por lo bajo. Las cifras son de infarto.
450.000.000 millones de Euros al mes. ¿Me equivoco, mi
calculadora va mal?
¿Estaría Telefónica dispuesta a mantener a Rato,
perdiendo semejante cantidad de dinero al
mes? Me da la impresión de que se lo pensaría mucho.
Rato, como asesor, no estará en nómina
de la operadora, ha dicho la propia compañía al ver el revuelo que se ha
montado en la red, aunque cobrará dietas por la asistencia a
reuniones. Faltaría más. ¿Qué pensaba Alierta, que aunque Rato sea su
amigo iba a ir trabajar unas horas por hacerle un favor simplemente porque
se aburría en su casa? Pobre ignorante:)
La retribución en dietas que suelen recibir los
miembros de estos consejos asesores puede rondar los 100.000 euros al
año.
Este nombramiento parece un deber de favores entre el
presidente ahora de Telefónica y el propio Rato.
Rato era vicepresidente económico del
primer Gobierno de José María Aznar cuando en 1996 César Alierta fue nombrado
presidente de la entonces pública Tabacalera Española.
En el año 2000, Alierta accedió a la presidencia de
Telefónica sustituyendo en el cargo a Juan Villalonga, el directivo al que el
PP encargó completar la privatización de la que ahora es la mayor empresa
española por capitalización bursátil.
Cuando personas como Rato, después de haber
hecho un agujero en la economía española enorme, le ves que no se
hace responsable de nada, sino, todo lo contrario, y encima se lo
ponen fácil para enchufarse en otro sitio privilegiado, ¿quién va a
creer en algo que tenga que ver con un político o un banquero?
Está todo muy claro, entre los
todopoderosos se seguirán haciendo favores de por vida. Más o menos como
hacemos todos con nuestros amigos del alma, aunque hay algunas diferencias
considerables. Al parecer, ellos se deben mucho los unos a los otros. ¿Por qué?
Pues yo que sé, quizás sea porque comen muchos días juntos
y un día paga uno y otro día paga el otro porque el otro se
ha dejado la cartera y se lo debe al otro, yo que sé... Vete tú a saber qué
lío se traen entre manos, pero el asunto es muy serio.
Las puertas giratorias que llevan de
la política a los consejos de administración y viceversa no paran de dar
vueltas, y mientras tanto, nosotros aquí, viéndolas venir pero sin mover un
solo dedo, poniendo un día una mejilla y al día siguiente la otra y
mirando como se lo llevan bien muerto unos pocos con más morro que en una
matanza de cerdos y pagando los platos rotos de tanto desalmado suelto.
Si no
hacemos nada hoy, luego no nos quejemos. Avisados estamos.
Una gota de agua no es nada por sí sola, sin embargo,
una tormenta de gotas seguidas puede provocar una catástrofe incalculable.
“Juntos Podemos, sólo hace falta querer”
Luis Escamilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario