La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de publicar un informe que ha disparado todas las alarmas en el sector lácteo. En un dictamen realizado por el Panel de Expertos en Nutrición, Alergias y Dietéticos se cuestiona no solamente el estado nutricional de los niños de la Unión Europea (0-3 años), sino también algunos de los productos destinados a su alimentación, especialmente ciertas leches de crecimiento* enriquecidas en diferentes nutrientes.
Las grandes multinacionales del sector lácteo han reaccionado rápidamente antes de que sus ventas se resientan. Los nutricionistas y las empresas han interpretado de manera muy diferente el informe, la guerra está servida… y esto hay que contarlo porque en medio de esta lucha somos muchos los padres que no sabemos qué decisión tomar para alimentar correctamente a nuestros hijos.
Ni más ni menos que 103 páginas son las que ha publicado la EFSA en
este documento donde se abordan
tres aspectos de suma importancia:
- los requerimientos dietéticos de lactantes (0-1 años) y niños (1-3 años);
- la ingesta dietética de lactantes y niños en comparación con sus requerimientos;
- el papel y la utilidad de las leches de crecimiento enriquecidas en determinados nutrientes comparándolas con la alimentación tradicional .
En primer lugar el informe afirma que los lactantes y niños de la UE presentan una ingesta diaria de calorías, proteínas, sal y potasio alta, mientras que la ingesta de fibra dietética es baja. ¿Son datos que pueden afectar significativamente a la salud de la población analizada? Para la EFSA los niveles encontrados no son muy preocupantes en el caso de las proteínas, la sal, el potasio y la fibra… pero SÍ en el caso de la excesiva ingesta calórica.
Como es bien conocido la obesidad infantil es uno de los grandes problemas del siglo XXI y el consumo de alimentos excesivamente calóricos se está convirtiendo en un gran riesgo…¿y son las leches infantiles un problema en cuanto a su aporte energético? Debido a la amplitud de temas tratados en el informe de la EFSA hoy voy a centrarme exclusivamente en las leches de crecimiento enriquecidas, aquellas destinadas a niños entre 1 y 3 años fortificadas en algún nutriente y que muchas veces se presentan como una transición entre la materna y la de vaca. Pues bien, las grandes diferencias existentes respecto al valor energético entre los muchos tipos de leches de crecimiento enriquecidas presentes en el mercado hace que no se pueda generalizar… por lo que es un grave error escoger una u otra indistintamente. Veamos.
La
leche entera de vaca proporciona aproximadamente 60 kcal/100 ml, por lo que un vaso de 200 ml proporciona 120 kcal. Tomando como buena la recomendación de tomar alrededor de 2 vasos al día (algo que también podríamos contrastar algún día de estos) tendremos 240 kcal diarias procedentes de la leche. Sin embargo, si en vez de leche de vaca damos a nuestros hijos
leche Peques 3 de Puleva “con cereales y fruta” o con
“cereales al cacao”, que proporcionan 93 kcal/100 ml, al cabo de un día habremos obtenido 372 kcal procedentes de la leche, un 35% aproximadamente más de energía… y esto es un disparate. Sin embargo, si empleamos
Puleva Peques 3 con Omega 3 y DHA, que proporciona 61 kcal/100 ml, a lo largo del día el niño habrá ingerido prácticamente la misma energía que con la leche de vaca.
Mi conclusión ante estos datos es clara… en la gran mayoría de las ocasiones escogemos las leches de crecimiento enriquecidas basándonos en sus ingredientes o en las características sensoriales que poseen. Sin embargo, las diferencias calóricas entre unos y otros son muy significativas… y más aun si las comparamos con la genuina leche de vaca. Por ello, y en base a los datos ofrecidos por la EFSA relativos al exceso de ingesta energéticas de los niños entre 1 y 3 años, es muy importante tener en cuenta el tipo de leche de crecimiento enriquecida que hay que proporcionar a dichos niños porque por intentar darle un aporte completo de nutrientes gracias a los ingredientes extra de estas leches enriquecidas podemos favorecer una ingesta calórica excesiva… y más aun si, como suele ser frecuente, después de cenar se le suele dar al niño como propina para ayudarle a crecer el consabido lingotazo de leche o producto enriquecido.
Vale. Ya está claro lo importante que es tener en cuenta el aporte energético de estas leches enriquecidas pero… ¿realmente son necesarios esos ingredientes extra que se le añaden a estas leches de crecimiento? Veamos que ha dicho la EFSA al respecto.
En primer lugar el informe afirma que los lactantes y niños de la UE no presentan carencias de ácido linoleico (LA), calcio, fósforo, magnesio, cobre, selenio, cromo, molibdeno, manganeso, fluoruro, vitamina A, vitamina E, vitamina K, tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, piridoxina, biotina, ácido fólico, cobalamina, la vitamina C y colina. A pesar de que no ha sido cuantificada la ingesta de zinc, el hecho de que no se hayan detectado casos de carencia en lactantes y niños de la UE refleja que el consumo de este mineral tampoco es especialmente preocupante.
¿En qué se traducen estos resultado con respecto a la necesidad de consumir leches de crecimiento destinadas a la población infantil enriquecidas en alguno de estos nutrientes?El informe de la EFSA no deja lugar a dudas. No son para nada indispensables. Todos los productos lácteos que abarrotan las superficies comerciales destinados a la infancia y enriquecidos con los nutrientes arriba citados no son necesarios… así de claro.¿Hemos acabado? No.
Entremos ahora en la parte que ha hecho saltar todas las alarmas en el sector de las empresas lácteas provocando que alguna de ellas haya reaccionado rápidamente con una particular política que ya está siendo discutida por muchos profesionales de la nutrición.
En el documento protagonista del post de hoy se puede leer como tanto en los lactantes y en niños pequeños de la UE la ingesta dietética de ácido alfa-linolénico (ALA), ácido docosahexaenoico (DHA), hierro, vitamina D y yodo es significativamente baja por lo que la EFSA recomienda que se aumente el consumo de alimentos ricos en estos nutrientes… ¿pero cuál es la mejor vía para hacerlo?
El Panel de Expertos en Nutrición, Alergias y Dietéticos afirma que una posible solución para solucionar dicho déficit sería el consumo de leches enriquecidas en estos nutrientes, pero en el informe se deja meridianamente claro que
esto no es necesario ya que una dieta equilibrada compuesta por los alimentos tradicionales que se consumen a partir del año, como es el caso de la genuina leche de vaca, los cereales, el pescado azul (principal fuente de DHA y yodo en la dieta), las carnes rojas y legumbres (fuentes principales de hierro) o el huevo (fuente de vitamina D),
es una alternativa más que eficiente para aumentar la ingesta de aquellos nutrientes en los que la población infantil presenta déficit.
¿Y qué lectura se está haciendo de esta importante conclusión de la EFSA? Pues según el cristal con el que se mire…. Y aquí viene la polémica.
Muchos expertos en nutrición y dietética han levantado su voz indicando que, una vez más, la presencia de alimentos enriquecidos en el mercado es
absolutamente innecesaria para la población general ya que, como ha confirmado la EFSA, una dieta equilibrada es capaz de suministrar todos los nutrientes necesarios. Incluso la
mismísima OCU ha emitido recientemente un documento demoledor contra las leches de crecimiento que ustedes pueden leer en este
enlace.
Sin embargo, las grandes empresas del sector han utilizado el mismo informe de la EFSA para argumentar que la presencia de alimentos enriquecidos en el mercado esabsolutamente necesaria… precisamente todo lo contrario a lo argumentado por los expertos en nutrición basándose en el mismo informe. Surrealista.
Por un lado Puleva admite no solamente que los niños europeos presentan ciertas carencias en su dieta de DHA, Hierro, Vitamina D y Yodo, sino que, como dice la EFSA, estas necesidades nutricionales se podrían satisfacer a través de una dieta equilibrada, con el consumo adecuado de algunos alimentos tradicionales.
Puleva, sin embargo, para justificar la venta de sus leches enriquecidas
argumenta que tal como dice la EFSA
esta dieta equilibrada no se sigue… por lo que hay que suplir las carencias en nutrientes con leches de crecimiento que los proporcionen. Según la empresa
el hecho que un significativo número de niños reciba una dieta desequilibrada justifica la presencia en el mercado de sus productos… y con este argumento pueden salvar las ventas su leche de crecimiento Puleva Peques enriquecida en DHA y Hierro, premiada con el
Gran Premio a la Innovación en alimentación 2013.
Las dos posturas están claras. Mientras unos apuestan por volver una dieta equilibrada basada en alimentos “tradicionales” para suplir ciertas carencias nutritivas que presenta la población infantil, otros, los fabricantes, proponen consumir alimentos enriquecidos en los nutrientes deficitarios… ¿y yo que pienso?
Lo primero que me gustaría decir es que no se puede generalizar ya que, si comparamos los productos de la polémica con la leche de vaca, hay que distinguir claramente entre aquellos productos que puedan llegar a ser perjudiciales y los que no aporten nada extra.
Por un lado están las leches de crecimiento enriquecidas que
no solamente no aportanningún nutriente del que carezca la población media infantil, sino que, además,
proporcionan una cantidad de energía extra absolutamente innecesaria y que puede ser perjudicial. De ese tipo de productos hay que huir… incluso aunque tengan nutrientes de los que carecen lactantes y niños pequeños ya que hay otras formas de conseguirlos.
Por otra parte están aquellos productos lácteos enriquecidos que aportan los nutrientes de los que según el informe de la EFSA la población infantil presenta un cierto déficit (como podría ser la leche de Puleva Peques 3 con DHA y Hierro) y que no presentan una mayor diferencia calórica con la leche de vaca… resultando en un impacto menor sobre el aporte energético. ¿Recomiendo este tipo de productos? Si me centro exclusivamente en los informes de la EFSA no solamente podrían no ser perjudiciales sino que podrían ayudar a cubrir ciertas carencias provocadas por una alimentación desequilibrada… pero yo, personalmente, no los recomiendo por tres razones esenciales.
La primera de ellas es que ustedes saben que soy fiel amante de los dichos populares y uno de mis preferidos es aquel de
“No me des pescado sino enséñame a pescar”… o dicho de otra forma:
prefiero mil veces antes la educación nutricional a ir poniendo remedios a mi malnutrición. ¿Qué sentido tiene hacer algo mal conscientemente para luego intentar parchearlo? ¿No sería más correcto que un dietista-nutricionista evaluara el estado nutricional de mi hijo y me recomendara una alimentación equilibrada que se ajuste a sus necesidades? ¿Hasta cuándo podríamos mantener esa política de suplir con suplementos nuestras carencias nutricionales?
Además…¿ustedes creen que si no enseñamos a nuestros hijos a comer correctamente desde pequeños luego se va a corregir ese problema? ¿Por arte de magia o basándose en los escasos y poco efectivos programas de educación nutricional que existen en los colegios e institutos a los que luego asistirán nuestros chicos? Es absurdo…
La segunda de las razones no la podemos perder de vista. En el caso de que mi hijo no esté en el grupo de la EFSA de niños malnutridos sino que esté bien alimentado… ¿es bueno darle este tipo de leches de crecimiento? Personalmente no solamente no veo las ventajas sino que pueden aparecer ciertos inconvenientes. Según la EFSA la gran mayoría de los niños europeos no presenta déficit de minerales como el calcio o vitaminas como la D. Sin embargo, muchas leches de crecimiento presentan un alta concentración en estos micronutrientes que se sumarían a los procedentes de una dieta equilibrada que ya se seguiría… ¿y es recomendable que un niño de 1 año supere muy significativamente los valores recomendados de ciertos micronutrientes? No.
Con solo dos vasos al día de la gran mayoría de las leches de crecimiento se alcanzan casi el 100 % de muchos valores de referencia para diversos nutrientes (calcio más del 80%, vitaminas A y D por encima del 75%…) ¿Y que hacemos luego? ¿Le decimos al niño que deje de comer frutas, verduras y hortalizas, pescado y carne para que no se pase de nutrientes? No lo veo…
Pero aun queda la tercera razón… la que afecta al bolsillo. No sé ustedes lo que pensarán pero, si una alimentación equilibrada le proporciona a mi hija todos los nutrientes que necesita…¿qué carajo hago gastándome casi el triple de dinero en una leche de crecimiento enriquecida que en una leche entera de vaca? Está claro… el panoli.
Jose
Nota 1: La
IX edición de los Premios Bitácoras ya está en marcha y estoy a un solo paso de la final, así que si te gusta este blog te agradecería enormemente que votaras por él en la
categoría de Ciencia. Aquí tienes el
enlace… Gracias
.
* Es necesario aclarar que he empleado el término “leche de crecimiento” porque es con el que son habitualmente conocidas pero en realidad se trata de derivados o fórmulas lácteas infantiles (no leches propiamente dichas) y, además, su consumo no tiene por qué implicar efecto sobre el crecimiento.
* Si quieres difundir este post puedes hacerlo pinchando en este
enlace. GRACIAS.
Nota 2: Quiero agradecer enormemente la colaboración prestada para la realización de este post por Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) y Juan Revenga (@juan_revenga), dos de los mayores expertos en nutrición de este país.
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