20/4/2013
Con todo lo complejo que parece ser, y con el miedo
que nos quieren trasmitir de que si a los bancos se les deja caer el sistema se
derrumba y con él todos los mortales, y esto sería poco menos que el
Apocalipsis, el negocio de la banca es muy sencillo: hacer negocio de la nada
con los depósitos de sus clientes, y vivir y amasar fortunas rentabilizando tu
dinero. Tú, como persona, no les importas nada.
Además, el sistema bancario está creando dinero de la
nada en perpetua deuda. Algunos países seguramente que no la podrán
pagar jamás, a no ser que todo colapse y entonces haya una quita generalizada,
porque vivimos en un sistema donde el crecimiento es necesario para ocultar la
mentira de la creación del dinero.
Por si les faltaba algo a su favor, y no tenían
bastante con esto para generar inmensas cantidades de dinero, de las cuales ya
se preocupan ellos de que en la mayoría de los casos no rindan cuentas
tributarias llevándoselas a trabajar desde paraísos fiscales, o escondiéndolo
de cualquier forma legal en alguna empresa semiopaca, u opaca totalmente, que
ya están pensadas y hechas para tal efecto, ahora, aún se lo han puesto más
fácil los políticos a los bancos al rescatarlos de todo lo que hicieron mal. "Ellos
no pueden tener la culpa de nada que para eso son la banca".
Todo esto se entiende al saber que, la mayoría, por no
decir todos los partidos políticos, están o han estado en deuda con la banca y
los tienen bien encadenados para que no puedan abrir la boca, es la forma de
callarlos desde tiempos remotos, así, teniéndolos con favores pendientes
de devolución y perdonándoles a veces su deuda, es mucho más fácil
para ellos campar a sus anchas por este circo de números rojos y dinero
ficticio.
Desde que la banca presiono y convenció a
los políticos de turno y consiguió hace ya muchos años, que todos los recibos
de los asalariados, por pequeños que fueran, desde la luz hasta el agua;
pasando por el teléfono; el seguro del coche; la letra del piso; por supuesto
las nominas, y cualquier pago de recibos que pudiesen ellos negociar por
nosotros desde una cuenta bancaria domiciliada, como, casi obligarnos a usar
las tarjetas de crédito, para así cobrar un mantenimiento y seguir haciendo
negocio con el plástico dichoso, y de esta forma hacernos usar el dinero
liquido lo menos posible y mantenerlo en el banco a buen recaudo, ha sido en
gran parte, la perdición para los ciudadanos y una merma en la poca libertad
que teníamos al ponerles en sus manos nuestro poco o mucho dinero.
Ese es su gran negocio, la deuda de las
domiciliaciones, hacer negocios y dinero con los depósitos de los demás sin
exponer ningún riesgo por su parte.
No es suyo, pero lo usan como tal. Sin embargo tú, y
siendo tuyo el dinero, mañana vas a sacar una cantidad, que sin ser excesiva
sea mediana, y resulta que no lo tienen. Te hacen esperar uno o dos días, y de
esta forma tan sencilla, haciéndote esperar, ellos hacen su negocio aunque sea
por unas horas, pero es el tiempo suficiente para sacarle beneficios. Sí, a tu
dinero. En lugar de darnos las gracias por dejar en su banco nuestro dinero,
resulta que para ellos nos están haciendo un favor. Listos son muy listos, y
sinvergüenzas también.
Como bien dice John Ralston Saul: “No hay razón para
salvar a los bancos”
Anticipó la crisis y el colapso del modelo económico.
Este escritor y ensayista canadiense propone rescatar a los ciudadanos
desahuciados antes que a los bancos y pasar página respecto a la deuda para
prosperar.
El dice que el dinero no es real y que nos hemos
convertido en sus esclavos. Habla de que vivimos en una economía ficticia. Y
dice que en los años setenta el comercio era seis veces el valor de los bienes
y que en 1995 era 50 veces más.
¿Cuántas veces más lo es ahora?
R: Nadie lo sabe, pero debe de estar alrededor de 150. Lo más vergonzoso es que
los números no están disponibles, o al menos yo no he podido encontrarlos.
Hemos visto cientos de ejemplos de nuevos tipos de
dinero: las tarjetas de crédito, los bonos basura, los derivados… Todo eso es
imprimir dinero, pura inflación de la cantidad de dinero.
Nunca tuvimos tanto dinero circulando en el mundo y tan mal repartido. Y por
eso cuando ocurre la crisis, la gente que es parte de esa lunática inflación
dice: hay que salvar a los bancos.
P: ¿Y no hay que rescatar a los bancos?
R: No hay razón para salvar a los bancos, no necesitamos tanto dinero. Lo
razonable habría sido aprovechar la oportunidad para limpiar el desorden. No
hay más que tomar el ejemplo español de Bankia.
Para mí la pregunta es: ¿es posible que demos todo ese
dinero a los bancos, que fueron los que crearon el problema, para que no se
gasten ese dinero y para que continúen autoconcediéndose enormes bonus?
¿Es eso posible?¿Es eso legal?
Este es uno de los fracasos de la globalización. Si el sector privado se puede
librar de la deuda, el sector público también.
P: Pero entonces, ¿qué pasa, que la deuda en realidad no existe?
R: La verdad es que no. El dinero es una convención. Un árbol es real, el
dinero es una convención. Los necios, cuando llega la crisis, están convencidos
de que el dinero es real. Enrique IV fue considerado como el Buen Rey porque
Francia estaba hundida por la deuda y la hizo desaparecer; a partir de ese
momento vivieron 250 años de prosperidad, por quitarse la deuda; Atenas
construyó toda su historia tras haberse librado de su deuda; el imperio
norteamericano está enteramente construido sobra una quita, se quitaron la
deuda de en medio cinco veces entre la guerra civil y 1929; la riqueza de
Estados Unidos a lo largo del siglo XX está enteramente construida sobre el
hecho de no haber pagado su deuda en 1929: tomaron dinero prestado en Europa,
en los mercados, y con eso construyeron ferrocarriles, carreteras, rascacielos
y tuvieron un colapso económico: quienes les dejaron dinero lo perdieron y
ellos se quedaron con sus infraestructuras. Estados Unidos vivió cinco colapsos
que al final le dejaron libre de su deuda y le permitieron convertirse en líder
a partir de 1935.
"Llevamos 30 años de abrumadora mediocridad intelectual”
El ensayista canadiense carga contra la llamada
generación del informe. Sostiene que el mundo está en manos de economistas y
empresarios de capacidades muy limitadas y que en muchos casos son “analfabetos
funcionales”. Gente que solo contempla el corto plazo.
Mientras no cambie el sistema, esto se ha convertido
en una verdadera guerra entre los bancos y la gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario