Estimado Señor Rajoy y demás diputados: (Lo de estimado y señor es un formulismo, no te lo creas, porque no te lo mereces). Por tanto, permíteme que no te tutee, yo sólo llamo de usted a quien me merece respeto. Tú no nos respetas a nosotros, yo no te respeto a ti, soy muy equitativa.
La mayoría silenciosa te habla, Rajoy.
El día 25 de septiembre, no sé si antes, después o mientras te fumabas un puro que, o bien te hemos pagado los ciudadanos o bien te ha regalado alguno de tus amigos empresarios que te van untando a cambio de jugosas leyes, reformas o amnistías fiscales, te oí manifestar: ”Mi mayor reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiesta, que no sale en las portadas de prensa y que no abre lo telediarios”.
No somos perroflautas, somos ciudadanos
Te aclararé alguna cosita antes de entrar en materia, para que no me taches con tus prejuicios y me descalifiques de antemano. Yo no soy perroflauta, ni antisistema, ni zarrapastrosa como dieron en llamarnos a los indignados, ni soy okupa ni nada de eso que los políticos y sus amigotes periofascistas utilizáis para insultarnos. No, qué va. Yo, antes de esta crisis, era periodista y escritora, con un nivel adquisitivo bastante alto y, podríamos decir, que era hasta una burguesita redomada.
Y no, no vivía por encima de mis posibilidades como hacéis vosotros los diputados, que vivís de las posibilidades que os brindamos los demás. No, yo vivía con mi dinero, de mi trabajo, y sin explotar a nadie, cosa que no pueden decir los empresarios de los medios de comunicación y de todas las multinacionales que favorecéis con vuestras políticas derechonas y abusivas.
Nos robáis nuestros derechos, nosotros el poder, que es nuestro
Con el inicio de la crisis del sistema, todos perdimos trabajo, nivel adquisitivo y estabilidad. Pero desde que entraste tú y pusiste a todo ese equipo de familiares directos de ministros del franquismo o de personajes con un pasado reciente más que sospechoso, lo que hemos perdido son derechos y libertades, uno tras otro, pisoteados, si los abuelos que tanto lucharon por esos derechos sociales levantaran la cabeza, se dejarían fusilar otra vez por los vuestros.
Sólo nos quedan deberes.
El deber de pagar pagar y pagar de nuestro bolsillo una cantidad infame de deudas que no hemos creado nosotros, sino vuestro sistema corrupto de politicuchos incultos y familiares viviendo del cuento y vuestros amiguitos banqueros y grandes empresarios que nos explotan, siguen obteniendo beneficios y, encima, evaden todos los impuestos que aliviarían mucho la situación de millones de españoles, pudiendo pagar con esos derechos Sanidad y Educación universales, en vez de cobrarnos doble por lo que ya hemos pagado con nuestra cotización salarial y, encima empeorando los servicios.