“Es una guerra económica y tenemos que estar preparados para luchar”. Hervé Falciani susurra con fiereza estas palabras mientras permanece de pie en la oscuridad de un pasillo de un céntrico bar de Madrid. Estamos esperando a que la policía dé la señal para salir de forma discreta del local. Acabamos de grabar la parte en inglés de la entrevista y la suerte ha querido que un conocido periodista de otro medio esté tomando un café en la barra. Los escoltas están nerviosos con que le reconozcan y de pie en ese pasillo esperamos la señal para salir por parejas. El exempleado de banca pasa así sus primeros días de libertad en España, en la misma sombra que trata de combatir.
Hervé Falciani (Mónaco, 1972) quiere hablar. Quiere informar, explicar, divulgar, revelar. Quiere llegar a la gente y elige eldiario.es para dar su primera entrevista en vídeo y sin disfraces en España. Pasará a la historia por "la lista Falciani", la relación de datos guardados en la filial de banca privada suiza del HSBC llegó al Gobierno de España en 2010 con cientos de defraudadores, entre ellos, la familia Botín que tuvo que pagar 200 millones de euros por la fortuna que tenía oculta en suiza. Pero en realidad su objetivo va mucho más allá, quiere dinamitar las cloacas del dinero negro.
Ha tardado mucho tiempo en dejar ver su nuevo rostro, que ha experimentado un marcado cambio desde las últimas fotos publicadas de 2009. Tras su paso por la cárcel (estuvo casi seis meses en Valdemoro) y el periodo de libertad vigilada, Falciani, que tiene pasaporte italiano y francés, ha perdido casi diez kilos. Desde que la Audiencia Nacional rechazó su extradición el 8 de mayo, Falciani ha recuperado parte de su tono físico. Cuando sus dos ocupaciones le dejan (trabaja con la Fiscalía Anticorrupción y en el desarrollo de software para una empresa francesa que le permite trabajar a distancia), sale a correr o practica lucha libre con sus escoltas, un nutrido grupo de policías nacionales que mantienen un altísimo nivel de seguridad alrededor del informático con el que guardan una cordial relación.
Por fin libre, y con el auto de la Audiencia Nacional echando por tierra la teoría defendida por HSBC de que trató de vender la información que robó del banco, el monegasco quiere explicar cómo funciona la tupida red de la que se aprovecha el dinero de la corrupción. La desarticulación de esa maraña se ha convertido en su principal obsesión y no quiere que los nombres de los ricos evasores hagan perder de vista el objetivo último: acabar con el sistema de arriba abajo. Desactivar a los intermediarios y testaferros que han creado un auténtico universo paralelo en dinero negro.
Por eso Falciani no quiere dar nombres. Quiere acabar con todo el sistema y se encuentra muy cómodo con la complicidad de Anticorrupción que ha entrado en el juego de anilquilar la corrupción desde su raíz. Tras el repudio del Gobierno de Sarkozy a trabajar con sus datos, está a punto de arrancar su colaboración con Francia y otras justicias europeas. Pero el exinformático es claro. Si su trabajo no da frutos por los cauces oficiales está dispuesto a buscar otras fórmulas para que la información llegue a la gente.
Provisto de un cerebro que a simple vista se aprecia como una auténtica esponja, la entrevista se desarrolla en dos días y diferentes idiomas, su lengua materna (francés), inglés y el español que practicó sobre todo en la cárcel, con compañeros como Juan Antonio Roca (cabecilla de la Operación Malaya). Extremadamente educado, fuera de cámara el informático asegura votar “siempre izquierda”.
P: ¿Cómo es el día a día de Hervé Falciani en España?
R: Tengo una vida mínima en España por motivos de seguridad. Pero no me falta nada. Excepto mi familia, evidentemente. Además de la colaboración con la Justicia continúo trabajando con un instituto de investigación a distancia (radicado en Niza).
Sigo además la agenda que marca la Fiscalía Anticorrupción. Trabajan con objetivos claros, teniendo en cuenta circunstancias como los riesgos de prescripción y escogiendo los medios para actuar.
La inminente prescripción de los posibles delitos de los españoles presentes en los datos del banco HSBC habría sido una de las principales razones por las que Falciani escogió España como punto de partida para la colaboración con la Justicia europea. En otros países, los delitos fiscales prescriben a los diez años.-
¿De qué vive?
De lo que cobro de mi trabajo como investigador.
¿Teme realmente por su vida?
Cuanto más se lucha de forma efectiva contra la corrupción, contra la financiación opaca, más peligro corre mi vida.
Pero, ¿ha sentido la amenaza, usted o algún miembro de su familia?
Con gente con quien trabajo que quiere actuar se establece un nivel de peligro. Este nivel está relacionado con el poder que se tiene contra la corrupción, contra la opacidad. Si no se hace nada, yo no tengo peligro. Los profesionales con los que trabajo, que me protegen, han establecido un nivel muy alto. Más alto que el nivel de diversos ministros.
Me siento muy seguro. Hay un elemento de lucha contra la corrupción muy eficaz. Se tiene un conocimiento de cómo luchar contra la corrupción y de proteger a la gente.
El informático está acogido a un programa de protección de testigos auspiciado por Naciones Unidas en su Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacional, conocida también como la Convención Palermo y que España ratificó en 2003. En el artículo 24 de la Convención, los estados se comprometen a tomar las medidas “eficaces” que sean necesarias para proteger a los testigos y sus familias.-
Ha trabajado con varias Justicias, ¿le han tratado mejor en España?
Claramente, también es el resultado de grandes sacrificios. El resultado me vale la pena, en el sentido de que he encontrado aquí profesionales de alto nivel que es el elemento que puede proteger las instituciones. Tienen un instrumento muy útil, la Fiscalía Anticorrupción. Es una fiscalía en la que se reúnen diferentes competencias, diferentes poderes del Estado tuteladas por la Justicia. Además, he encontrado personas que no solo están centradas en la represión -del fraude y de la evasión-, que es de su competencia, sino que ven más allá, que ven el interés por entender toda la problemática, las orientaciones a corto, medio y largo plazo que habría que dar para pasar de la represión a la prevención. Se acerca mucho a mi interés por desmontar y dar a conocer los mecanismos: significa ir al origen de los problemas.
¿Debería Francia crear una Fiscalía Anticorrupción a imagen de la española?
Claramente. Es un instrumento muy eficaz. Cada vez que dicen que no se sabe cómo luchar, el instrumento que se usa aquí es interesante.
¿En qué consiste su trabajo? ¿Cuál es su función?
Ante todo compartir el conocimiento que tengo del banco privado. Los expertos tenían ya experiencia del otro lado de esos bancos, cómo actuaban. Por primera vez, se puede ir dentro del banco.
¿Cuál era su labor en el banco? Usted, ¿de qué trabajaba en HSBC?
Trabajaba como analista técnico del departamento de proyectos estratégicos. Estaba el equipo encargado de desarrollar el sistema informático del banco para que se pueda adaptar a las leyes, a los cambios de leyes. Hoy, más y más, las personas que entienden cómo funciona el corazón, el núcleo de un banco son los desarrolladores. Los que trabajan en el departamento informático.
¿Cuántos años trabajó en HSBC?
Casi diez años
¿Qué sueldo tenía en el banco?
Cobraba de media unos 150.000 francos suizos al año (alrededor de 120.000 euros).
Pero HSBC es solo un banco, dentro de la banca privada. Al final hay otros bancos suizos muy conocidos también que trabajan de la misma forma. ¿Trabajan en red?
Con la tecnología es posible hoy que todos compartan el esfuerzo… que todos puedan trabajar juntos. Ese es el poder de los bancos hoy. Además de esta tecnología existe una sofistificación judicial. En el sentido de que, con esta posibilidad de comunicación, la actividad se reparte sobre diversos países y se beneficia de cada una de las particularidades de cada país. Es difícil de entender cuando no se sabe que diversos bancos, como HSBC, tienen filiales en muchos países. Cada vez que un banco tiene filiales se aprovechará de la Justicia y las leyes del país donde está su filial. Es la tecnología la que permite esto hoy. La tecnología de la comunicación. La intranet más grande del mundo es la del HSBC. Hoy un banco es un sistema informático. Sin informática no existe la actividad del banco, no existe más, no se puede.
En el auto de la Audiencia Nacional hay un informe de Anticorrupción y también se dijo en la vista de extradición que HSBC funciona como un offshore dentro de España. ¿Eso qué quiere decir?
¿Por qué se habló de offshore? Porque es exactamente el principio de una empresa offshore, aprovecharse de un lado de una jurisdicción y por otro lado, de otra.
¿Cómo surgió la idea de comenzar a recopilar datos del banco?
En un momento determinado se cambió también la estrategia del banco –en 2008, HSBC fusionó sus dos firmas de banca privada presentes en Suiza-. Algunas personas querían que se cambiara el banco para que fuera más seguro. Otros quisieron aprovechar este tiempo de transición para evitarlo. Con gente como yo, que querían cambiar las cosas para que el banco fuera más seguro, más eficaz pero respetando leyes, los que decidimos ver cómo se podía colaborar con la Justicia y las autoridades.
Habla usted en plural
Es que he encontrado gente para colaborar con la Justicia. Buscamos cómo hacerlo con pruebas. Y después, hemos buscado todo el proceso para que las pruebas puedan llegar a las manos de la Justicia. Fue también una empresa muy difícil.
¿Esas otras personas siguen trabajando en HSBC?
Ahora, no puedo hablar.
Se puede decir que no estaba usted feliz
No es que no estuviera feliz, es que era inaceptable. Es posible que haya personas que trabajen toda la vida en un banco y no sepan qué sucede realmente. Pero cuando estás en una posición como la mía que es un punto de vista privilegiado para entender lo que sucede, esto se convierte en un resorte para mover tu conciencia y se convirtió, simplemente, en inaceptable para mí. Esto me indujo a tomar mis propias decisiones y responsabilidades.
Esta parte es muy importante para los casos que tenemos ahora mismo en España de las cuentas de Suiza. ¿Un español puede tener una cuenta en Suiza sin haber ido nunca a Suiza? ¿Es posible abrir una cuenta sin viajar a Ginebra?
Legalmente no, pero se hace, hay diferentes formas de hacerse. Existen diversos modos. Yo soy informático, solo sé cómo es de fácil que no se controle dónde llegan los contratos. Normalmente se necesita firmar dentro del banco. Pero con el gestor se puede ver… si mañana encontramos un correo con un contrato firmado que pasa de España a la entidad Suiza significa que no se respeta la ley.
El Tribunal Supremo acreditó que la filial de HSBC en España abrió al principio de la década138 cuentas a españoles y puso como cliente a la matriz suiza. Casos así como el del presidente de la patronal audiovisual, Pedro Pérez, que aparece en la lista Falciani pero asegura no haber visitado nunca Suiza, tienen explicación.
¿El sistema se basa en unos intermediarios, en personas en realidad que están en otros países captando? Al final, no es solo informática. ¿También hay unos testaferros o personas que trabajan para el banco?
Sí, esto es un aspecto fundamental de la actuación en red. Las redes de personas son muy eficaces, dejan pocas huellas. Al final, cada vez que un empresario o una persona necesita los servicios de un banco pasará a través de una persona o de un circuito de intermediarios. Esas redes están muy bien organizadas. Son parte de la experiencia de los bancos, también.
¿Qué mueve a Hervé Falciani a cambiar el sistema?
Cuando era un niño (en Mónaco) he visto a la gente que salía de otro país porque estaban en una guerra civil y tenía sentido tener una vía para escapar -en referencia a llevar su dinero a Mónaco-. Pero esto era un mundo que se cambió. Una vez que ya no se hablaba más de proteger a la gente, sino al contrario, de desarrollar un sistema que podía dañar a la gente, para mí era muy claro. No podía compartir esta idea, no podía ir en esta dirección
Después de todo lo que ha pasado, lleva cuatro años casi huido, ha pasado por la cárcel ¿cree que todo eso ha valido la pena?
Sí, sí ayuda a que sea más entendido. Me alegra que no sea inútil. Es un sufrimiento, un sacrificio, lo será siempre. La gente entenderá que es más importante controlar las finanzas, las bancas, las transacciones. Y que se debe actuar como actúa el banco, trabajando en redes. Las justicias trabajan menos en contra -unas contra otras- y más juntas. He visto una situación donde la Justicia le falta autonomía, independencia, el resultado era más impunidad. He encontrado una situación donde una Justicia no ayudaba al nivel que podía…
¿Se refiere a Francia?
Exactamente, en una época que no está muy lejos en el tiempo. Es una experiencia que ha probado que se debe trabajar en red como se trabaja en los paraísos fiscales.
Si esos bancos trabajan en red, también quiere que las fiscalías trabajen en red. ¿Esto está pasando?
A nivel europeo se debe trabajar más juntos. El modo que tiene sentido es que esta unión se haga a nivel de las fiscalías Anticorrupción.
¿Hay una lista Falciani?
No tiene sentido hablar de una lista Falciani. Es como hablar del fuego sin entender el mecanismo para encender este fuego. Lo más importante es entenderlo. Se olvidan los mecanismos de los testaferros. Se olvida que lo fundamental es parar estos mecanismos. Si se corta una cabeza, habrá otra detrás. Si no se para el mecanismo se continuará así siempre. Se podrá gastar la poca energía que tenemos sin que se pare la corrupción al final
¿No cree que el hecho de no dar nombres y apellidos hace complicado que la opinión pública entienda lo que quiere decir con deshacer el sistema?
Lo más importante es que la gente entienda que se va en la buena dirección. Si se presentan nombres solo tiene sentido a veces, para los que se piensan en la impunidad total. Pero muchas veces utilizan testaferros, todo ese mecanismo complejo de la opacidad. Lo más importante es que la gente entienda dónde se debe pegar.
No a una persona, porque detrás hay otra. Los más poderosos se esconden detrás de testaferros. Es más importante, entender que existe ese mecanismo de intermediarios que es donde se debe pegar. No es difícil. Solo se necesita voluntad. Para que esta voluntad se exprese se necesita que el pueblo entienda cuál es la prioridad.
¿Cuál es la prioridad?
Controlar las finanzas desde su país.
Se puede luchar contra la sombra, se puede luchar contra la opacidad. Cada persona en España o fuera de España debe entender el verdadero rol que tiene un banco. Explicar bien cuáles son los peligros de los bancos y cómo se pueden controlar más. Cuando se entiende que falta solo una voluntad, llegaremos al objetivo.
¿Lo que falta es voluntad política entonces?
Claramente. Si el peligro es que sufrimos por culpa del sistema tenemos que votar para que se cambie. Para que la actuación sea más fuerte de lo que es. Creo que es peligroso para todos los partidos políticos hablar de esto. Es posible que no entiendan bien las consecuencias. El pueblo debe expresar su voluntad. Una vez que la calle empiece a hablar, la calle hará presión también.
Aunque usted no quiera dar nombres el resultado de su trabajo sí los dará.
Al final hay gente. Pero una vez más el mecanismo es más importante. El objetivo no es más gente en la cárcel. El objetivo es parar el sufrimiento.
¿Algún nombre español sorprenderá?
Una vez más diré que desde mi punto de vista lo más efectivo será ir al origen. Es menos inversión con más resultados. El dinero sucio, negro, puede ser dinero que era limpio al principio y que se ha convertido en sucio con la corrupción.
¿El objetivo de Hervé Falciani es acabar con HSBC?
Si HSBC da un ejemplo, de que la Justicia no dejará hacer esto, eso está bien. Pero además, de esto, lo más importante para mí es que se entiendan los mecanismos, la lógica detrás de todo esto. Que se entienda que nosotros tenemos que cambiar algo. Que podemos. Que es posible y más sencillo de lo que se pensaba. Si no cambiamos esto, si paramos un banco, los otros continuarán. Tomarán alguna precaución más, para evitar la misma situación. Pero al final se adaptarán.
¿Qué le anima a seguir luchando?
Más que luchar lo que quiero es compartir la experiencia y dar testimonio de lo que sucede. Es mi obligación. Y mi sacrificio.
Estoy muy cabreado, porque la gente a la que pagamos con nuestros impuestos para que asuman la responsabilidad no lo hacen. Y sigo haciendo esto por este enfado. Estoy realmente molesto... En un mundo ideal, debería seguir siendo empleado de un banco, de HSBC o de otro cualquiera. Lo que me mueve es acabar con esto, no dejarlo estar. Mi responsabilidad es compartir lo que vi dentro del banco. Y ahora, estoy siendo testigo de las dificultades con las que se topan las diferentes administraciones o gobiernos. Hablo especialmente del a
nterior Gobierno francés y de cómo no cumplieron con sus obligaciones.
Los Gobiernos deben actuar y tomar medidas reales contra la corrupción, no solo declaraciones de intenciones. Si no puedo encontrar la forma de compartir con los medios, directamente, las pruebas de que los Gobierno no actúan como deben, estoy abierto a trabajar con cualquier persona de buena voluntad para encontrar mejores formas de luchar contra la corrupción.
¿Dónde se imagina viviendo los próximos años? Parece que su misión va a ser muy larga. ¿Cuál es el futuro de Hervé Falciani?
Mi vida es una vida de sacrificio. Quiero estar más cerca de mi familia.
¿Está casado?
Sí.
¿Tiene un niño o una niña?
Una niña. Quiero evidentemente estar con ellos pero es un peligro hoy. No es una lucha para mí solo. ¿Dónde voy a vivir? Yo como hombre quiero que sea lo más cerca posible de mi familia sin que sea un peligro para ellos. Fuera de esto, de esta parte más personal, lo que me importa es ayudar más, ayudar siempre. Cuando veo que se puede hacer algo por la opacidad financiera, que hay métodos sencillos, si veo que no se cambia con las autoridades, buscaré otro método. Siempre en la legalidad, evidentemente, pero en un modo más original.
¿Ha intentado vender los datos que extrajo del banco?
No. Y no es solo mi palabra. Es también la de la Audiencia Nacional. Ellos lo que quieren es que me pare.
Algunos piensan que usted es un héroe. ¿Es lo que quiere ser?
Tampoco. Ni ladrón ni héroe. Diré que quiero con mi corazón llegar, vencer, con mi alma. Y hacer todo lo que pueda. Ya he hecho, ya he hecho mucho. Me interesa más la gente con quien puedo trabajar que saber cómo me ven o qué piensan de mí. Yo veo que es muy importante para nosotros esta lucha. Tenemos posibilidad de ganar. Esto es lo que me motiva. Que sé que no es inútil. Se puede vencer. Se puede ganar.
No me puedo parar sabiendo que puedo hacer algo más.
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