3/2/2015
Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 3 de febrero de 2015.
Este artículo señala las causas del crecimiento de la deuda pública griega, incluyendo el diseño de la gobernanza del Banco Central Europeo y su actitud preferencial hacia la banca privada a costa de los intereses del Estado griego. El artículo también defiende las propuestas realizadas por el nuevo gobierno de Syriza.
Vimos durante estas últimas semanas una campaña mediática movilizada para atemorizar al votante griego a fin de que no votara a la coalición de partidos de izquierdas conocida como Syriza, una campaña que también pudimos ver aquí en España, donde el objetivo era asustar al electorado español, subrayando el desastre que supondría para este país que los partidos de izquierdas, como Podemos o Izquierda Unida (que son considerados homologables políticamente a Syriza en Grecia), ganaran las próximas elecciones a las Cortes Españolas, que se celebra a finales de este año.
Gran parte de esta campaña mediática ha consistido en tergiversar las intenciones de los que son considerados adversarios o enemigos, a los cuales hay que destruir. Una de esas tergiversaciones ha sido decir que si ganaba Syriza las elecciones, esta partido no pagaría la deuda pública, con lo cual los mercados financieros dejarían de prestar dinero a Grecia, con el consiguiente colapso financiero que forzaría a aquel país a salirse del euro. En esta avalancha de falsedades se ignoran muchos hechos que deberían conocerse para entender mejor el problema de la deuda griega y la respuesta de Syriza. Miremos, en primer lugar, cómo se ha generado la deuda griega.
Por qué el gran crecimiento de la deuda pública griega
Grecia ha visto crecer la deuda pública de una manera muy rápida, pasando de representar cerca del 100% del PIB cuando se inició la Gran Recesión, al 174% en el año 2014. Hubo una ligera bajada en el año 2012 debido a la reestructuración de la deuda acordada entre los acreedores y el gobierno griego, pero en el 2013 continuó creciendo hasta llegar a los niveles actuales.
Ahora bien, es importante cuando analizamos la situación de la deuda pública de un Estado considerar no solo el tamaño de la deuda pública, sino también el coste que representa para el Estado pagar dicha deuda pública y quién es el propietario de la misma. Si miramos cada uno de estos datos veremos que, aún cuando el tamaño de la deuda pública ha aumentado, el volumen de los intereses que el Estado griego paga por la deuda han ido, en realidad, bajando: de un 7% del PIB en el año 2011, al 4,3% del PIB en el 2014. Esta cifra es, por cierto, inferior a la de Bélgica e Italia (que es aproximadamente del 5-6% del PIB). España, con una deuda pública menor que la griega (alrededor de un 100% del PIB), destina el 3,5% del PIB al pago de intereses de la deuda (algo menos que Grecia), lo cual no deja de ser sorprendente, pues lo que cuesta al Estado español pagar por los intereses de la deuda es solo ligeramente inferior a lo que le cuesta a Grecia cuando, de hecho, España tiene un porcentaje mucho menor de deuda pública que Grecia. ¿Cómo es esto posible?