No es el único problema que tiene el país, todos los conocemos y no los voy a mencionar ahora, sin embargo, y sabiendo cosas de nuestros dirigentes políticos que en otros países serían imperdonables, aquí, cuando tenemos la oportunidad de cambiar el voto en unas elecciones para echar fuera de las instituciones estatales y provinciales a los corruptos, el partido más votado es el partido más corrupto. No se entiende, al menos yo no lo entiendo, pero así es.
Por mucho que compartamos en grupo y en las tertulias de las barras de los bares nuestra indignación con lo que pasa a nuestro alrededor, por mucho que a nivel individual no se esté de acuerdo en las políticas de regresión que durante años venimos soportando, España es un país viejo, pero además de eso, creo que no estamos a la altura con el momento actual de la historia de nuestro país, así que, a tragar con lo que nos echen... Las lamentaciones, una vez pasada la oportunidad, no valen de nada.
Cuando pasen décadas y nuestros nietos analicen la historia, y vean que la corrupción era la forma más premiada para gobernar, si piensan un poco, suponiendo que sus mentes todavía puedan hacerlo y no estén absorbidas por completo por los medios de comunicación, me gustaría saber cuál es su opinión. Yo no estaré aquí para verlo, pero me da pena la sociedad que les vamos a dejar.
Así cómo la gente de mi generación, si tenemos la obligación de valorar lo positivo que nos dejaron nuestros antepasados, puesto que les costó sudor y lágrimas, incluso muertes, yo nací en una sociedad que ya no tenía esos problemas y la vida me fue más cómoda. Sabiendo de las dificultades que pasaron, siempre he valorado lo que hicieron y creo que todavía estamos en deuda con ellos. Parece, a la vista de los resultados, que todavía no somos conscientes del daño que los dirigentes corruptos hacen a la sociedad. A toda la sociedad.