Publicado en: dic 28 2014 - por Nerea Castro
Rafael Silva⎮Rebelión⎮27 diciembre 2014
“Hay que respetar las leyes, siempre que las leyes sean respetables”
(José Luis Sampedro)
(José Luis Sampedro)
La austeridad homicida que ejecuta este sádico Gobierno tiene múltiples manifestaciones. Vamos a abordar aquí una de las más recientes, crueles e inhumanas. De los 7.000 pacientes de Hepatitis C que aproximadamente necesitan el medicamento de nombre comercial “SOVALDI” para poder sobrevivir, los Presupuestos garantizan que únicamente lo recibirán unos 1.200 pacientes. El resto será abandonado a su suerte, probablemente morirán en un período más o menos breve de tiempo. De hecho, ya han muerto varias personas durante los últimos meses, víctimas de este abondono oficial por parte del Ministerio de Sanidad, lo cual ha provocado que su Plataforma de Afectados realice un encierro indefinido a las puertas del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Al momento de escribir este artículo, la Dirección General de Farmacia ha confirmado que se administrará este fármaco a todos los pacientes críticos que lo necesiten, pero como decimos, las cifras realmente cubiertas van a ser irrisorias.
Y no estamos hablando de un brote virulento de una cruel enfermedad epidémica incontrolable, ni siquiera de una enfermedad mortal para la cual no exista medicamento curativo. No. La enfermedad es conocida, el tratamiento existe, su éxito en la curación es certero, el único problema es el presupuesto público para sufragarlo y expedirlo para todos los pacientes que lo necesiten. Pero claro, eso lo haría un Gobierno socialmente responsable, éticamente impecable, y humanamente justo. Un Gobierno al que le importaran las personas. Evidentemente, nuestro actual Gobierno del PP está muy alejado de dichos parámetros. Porque lo cierto es que muy ruín y despreciable tiene que ser un Gobierno para que sea capaz de sacrificar vidas humanas en pro del supuesto saneamiento de sus cuentas públicas. Es el más fiel exponente y ejemplo de cuando un Gobierno se convierte y trabaja como una empresa privada, en vez de estar al servicio de su sociedad.