Planteo una exposición sobre la corrupción de la economía, no en ella. Es a este segundo concepto al que se suele acudir para exonerar los fundamentos de nuestra vida económica, como si se tratara de algo añadido, que la afecta, pero nada más.
Veremos que es algo consustancial, por tanto y cuanto la corrupción cumple el objetivo de la economía occidental: crear riqueza. Y cada vez más se ajusta más a los intereses de obtener beneficios. Hasta el punto de haberse llegado a formar un auténtico imperio de economía ilegal, paralelo a la oficial, pero ambas están intrínsecamente relacionadas.
El informe 2000 elaborado por el FMI advierte que el dinero negro en el mundo equivale al producto Interior Bruto español. Se forma principalmente por el tráfico de droga, extorsión, redes de prostitución y comercio de armas.
El problema es que tales cuentas no se regulan en el mundo delictivo, sino en la de los negocios florecientes que forman parte del entramado económico.
Participan en esta relación ingentes gabinetes de abogados, que amparándose en el secreto profesional establecen estrategias de blanqueo de dinero, que no es otra cosa que llevar el dinero que no se controla por Hacienda, al ser ilegal, a negocios, empresas u operaciones financieras pantalla registrados y reconocidos por hacienda para convertir el dinero proveniente de acciones delictivas en legal.
Hasta tal punto que en el año 2000 los Ministros de Finanzas de los Quince han solicitado que se trabaje en medidas concretas para obligar a los abogados denunciar a clientes que realicen semejantes cambalaches, so pena de convertirse en cómplices.
La masa de dinero que mueven los negocios mafiosos y delictivos influye notablemente en el transcurso de la economía. También actúa en el contexto de la globalización, de manera que se puede zafar con relativa facilidad de las leyes estatales.
La piratería de música, por ejemplo, se calcula supuso durante el año 1991 una cantidad de beneficios de 4.500 millones de dólares. Son el 10% de los CD y cintas que se venden en todo el mundo, sin pasar por Hacienda. Desde entonces el comercio fuera de los cauces comerciales se ha extendido a través de la red informática.