Francisco Lozano Sanz
El viernes 21 de abril el presidente del Gobierno y un nutrido séquito viajaban de Madrid a Sevilla, donde los esperaba otro institucional coro de políticos regionales para celebrar los 25 años del AVE Madrid-Sevilla.
Los medios de comunicación se han deshecho en loas y autobombo por la efemérides. Una época –los fastos del 92- que no resisten un análisis mínimamente crítico, tan sólo veinticinco años después: la España del dispendio, el despilfarro, las comisiones, el ego hinchado de una sociedad que llegó a creerse el ombligo de Europa… no era más que la sublimación del complejo de inferioridad que siempre ha padecido este país, tan bien reflejado por poetas y pensadores del 98 y el 27. Pero no voy a comenzar con una subjetiva –obviedad- opinión. Los datos son más relevantes:
"Ni para las empresas, ni para la sociedad". Así de concluyentes se muestran Ofelia Betancor y Gerard Llobet en un estudio presentado estos días que analiza si son rentables los principales corredores de alta velocidad en España. Los investigadores de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) estiman que, ni considerando los beneficios indirectos, como los derivados de los ahorros de tiempo, la descongestión en las carreteras, o el coste evitado en trayectos de avión, se compensa la multimillonaria inversión realizada. La clave, aducen, es que el nivel de demanda no es, ni será, suficiente para generar los ingresos precisos.
Sin embargo, el número de viajeros que usan este modo de transporte está muy lejos del que registran otros países: aun con el repunte registrado el año pasado —un incremento del 16%, hasta los 29,7 millones de viajeros—, en España hay 11.800 pasajeros por kilómetro operativo de AVE, cuando en Japón (158.121) o Francia (61.400) la relación es mucho mayor.
“Para ejecutar las nuevas vías y mantener las existentes, Adif aumentará de 13.000 a 16.000 millones de euros su deuda durante este año, lo que supone el 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) español. Para hacer frente al proyecto expansivo de alta velocidad, la empresa ha comenzado a endeudarse de una forma inexplorada hasta ahora con emisiones de bonos a 10 años.