1/09/2012
JOAQUÍN RÁBAGO
El tema de la amnistía fiscal, con el agravio comparativo que supone para quienes pagan religiosamente los impuestos, agita también los ánimos en Alemania, donde, como ocurre en los países supuestamente menos virtuosos del Sur, muchos ricos tratan de burlar al Fisco ocultando su dinero en Suiza. El dinero negro alemán en el país alpino oscila entre los 80.000 y los 150.000 millones de euros. Como se ve, en todas partes cuecen habas.
En busca de un tema con el que dar batalla al próximo año a la poderosa canciller Angela Merkel, la oposición socialdemócrata parece haberlo finalmente encontrado en el tratado firmado por su ministro de Economía, Wolfgang Schäuble, con su homóloga helvética. Un acuerdo que está ahora en peligro en el Bundesrat por la oposición de la mayoría de estados controlados por los socialdemócratas.
El líder de la oposición y uno de los posibles candidatos a canciller, Sigmar Gabriel, se ha referido a la «delincuencia organizada» que practican, según él, los bancos suizos en Alemania. Y su correligionario, el ministro de Finanzas del Gobierno regional de la populosa Renania del Norte-Westfalia, Norbert Walter-Borjans, feroz crítico del acuerdo con Suiza, defiende la compra de ficheros informáticos con los nombres de defraudadores.