14/3/2014
Los políticos, aunque no lo parezca, están acorralados.
Los que llevan décadas en el negocio de la política (para algún jeta es sólo eso, un negocio bien pagado por levantar el dedo de vez en cuando), por
mucho que su imaginación en algún momento lo pudiese intuir, nunca llegaron a
pensar lo vigilados que estarían por parte de los ciudadanos. Se han creído, y así ha sido, seres superiores durante mucho tiempo, sin embargo ahora, por la difusión y la velocidad con la que corren las noticias, alguno que haya hecho algo en el pasado seguro que estará pensando en cuando le tocara a él, porque si ha sido corrupto le tocara en algún momento dar explicaciones.
Están cayendo como moscas, con cuentagotas, y aunque es verdad que la justicia no funciona como nos gustaría ni con
la celeridad que hace falta para hacer justicia y que no queden en el limbo muchos
de los casos de corrupción que conocemos, están cayendo, que es lo que le interesa a la sociedad en general.
Ya lo dijo Lincoln: "Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo".
Más de uno seguro
que maldice internet, de hecho, si por alguno fuera estaría con cerrojos y concertinas.
Estoy convencido de que los políticos honrados se irán a la cama pensando que
por qué les pasa esto, que ellos no tienen la culpa de lo que hagan otros, pero
por salvar el sillón, pensaran en todo menos lo que realmente deberían de
pensar y hacer, que no es otra cosa, sino qué, si realmente se cree honrado, lo
es y está convencido, ¿por qué no denuncia él mismo a quien sabe que está
haciendo cosas irregulares? Bien sea en las filas de su partido, en la fundación del vecino o en el corrillo del congreso.
Se les olvida con mucha frecuencia que trabajan para quienes les votan y para quienes no. En definitiva, que su trabajo es: para, y con la sociedad en su conjunto. Si no les gusta que se dediquen a otra cosa.
Todo político que vea irregularidades a su alrededor y no las denuncie, no es un político, es
un corrupto político, que no es lo mismo.
Por mucho poder que les otorguen las urnas a cualquier
partido, no pueden hacer después lo que les venga en gana sin contar con los
ciudadanos. Eso era antes, y ha sido así hasta hace muy poco tiempo, pero ahora no, aunque lo parezca, y es porque algo está
cambiando en la forma de ver a la clase política por parte de los ciudadanos.
Lo vemos cada día ante tanto despropósito de salidas de tiesto y explicaciones
sin sentido. Se les nota, como piden a veces ser tragados por la tierra
ante situaciones comprometidas sin tener respuestas convincentes.
Dan
vaivenes, cambiando leyes y noticias a diario y todo porque la sociedad los
vigila, y mucho.
Les toca recular muy a pesar suyo y últimamente con demasiada frecuencia
se tienen que comer sus palabras. La hemeroteca los deja con el culo al aire desmintiendo lo que dicen que no
han dicho.
Desde la prensa tradicional
(a pesar de estar financiada y manipulada) hay denuncias sobre abusos y
corrupción política cada día. Los diarios y blogs independientes no
paran de crecer en la red y siguen denunciando lo que la otra prensa no se
atreve a decir. En parte es entendible tal y como está el trabajo. A algunos
les ha costado el puesto pero parece no importarles demasiado. Hablo de Pedro
J. A mí tampoco me importaría lo más mínimo estar en la calle con
su indemnización millonaria. A otros, por el contrario, no les ha
salido tan bien.
Hemos
visto cómo a los trabajadores de Canal 9 no les sirvió de nada querer
hablar y denunciar las corruptelas internas cuando ya no tenía remedio. Lo
deberían de haber hecho antes y quizá hoy el canal estaría emitiendo. Sobraba
personal enchufado a dedo, de acuerdo, haberlo denunciado en su momento y con el dinero malgastado durante tantos años en sueldos innecesarios y otra política
de gestión de empresa, seguramente se podría haber mantenido.
Noticias que no vemos en ningún canal de TV son
puestas en conocimiento de la gente por otras vías antes impensables. Ya
no es como a finales de los ochenta y debemos de dar gracias porque aunque no
nos demos cuenta algo está cambiando para bien de los ciudadanos. Eso sí, los
instalados en el poder -independientemente del color de sus ojos- siguen
lanzando noticias como globos sonda exploradores para ver como las recibe la
sociedad. Si no cuajan y ven un rechazo instantáneo siempre les queda la marcha
atrás, pero ellos lo intentan, por si acaso...
Lo vemos en sus contradicciones últimas con la
factura de la luz; lo vemos con leyes inconstitucionales que son rebatidas por
asociaciones de jueces o por el mismo Tribunal Constitucional que las dejan en
entredicho; lo hemos visto también con la intención de querer privatizar
hospitales y la sanidad pública; desde la propia UE nos tienen que llamar la
atención diciendo que son ilegales algunas prácticas abusivas; desde algunos
medios de fama internacional se hacen eco de lo que está pasando en nuestro
país y nosotros parecemos no darnos cuenta, pero algo se mueve…
Las denuncias sobre todo tipo de irregularidades
y abusos políticos no cesan: puertas giratorias, indultos a corruptos,
financiaciones ilegales de los partidos, la pederastia en la iglesia y el
abuso de aprovecharse de todo el terreno posible que pueden sin escrúpulos, las
denuncias más que evidentes de los robos sistemáticos de la banca con productos
ilegales a personas inocentes, la corrupción en general…, porque no hay una
sola región de este mapa nuestro que se escape de ella.
Estas son algunas de
las protestas más sonadas por parte de gente con diferentes ideologías y harta
ya de tanto corrupto y en espera de que paguen por ello los culpables.
Esto mismo, esta indignación generalizada, es el síntoma de que la sociedad ha
despertado del letargo impuesto por quienes han estado llevando este país desde
la transición. Las ideologías políticas (aunque siguen existiendo y existirán) están dejando
de no querer ver la realidad porque nos afecta a todos (a quienes antes no lo querían ver también), y están empezando a no
querer formar parte de este circo que sólo les viene bien a unos pocos.
Antes
era imposible hablar y ciertos temas eran tabú, pero eso ha cambiado, y al menos hoy, la gente joven que no
se ha criado bajo los restos de una guerra, su forma de ver el mundo es distinta
a la de sus padres y lo que quieren es un trabajo y vivir, simplemente vivir, fuera de
disputas ideológicas y rencores del pasado.
Seguirán habiendo
ideales porque todos no podemos ser iguales, pero seguir enzarzados en el “y tú
más” de nuestros políticos no nos llevan a ninguna parte a ninguno. Ellos dicen que no usan el pasado como arma arrojadiza para debilitar al contrario cuando tienen la oportunidad, pero no dejan de hacerlo. Huele a carca tan poco dialogo entre gente que se le supone culta.
La conclusión es positiva para la sociedad porque
demuestra que ya no pueden hacer lo que les viene en gana como así ha sido
hasta ahora. Están vigilados por muchos ojos indiscretos y anónimos que no van
a poder callar más y por mucho que les moleste. Seguirán teniendo sus
privilegios, aunque algunos no los merezcan, pero no seguirán siendo impunes de
las criticas y la vigilancia como tienen acostumbrado.
Todo tipo de asociaciones han nacido a raíz de la
crisis y todas están a favor de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
La crisis, por mala que sea, en este caso ha servido para abrirnos un poco los
ojos y ver más allá de lo que nos han enseñado durante años. Hemos estado
ciegos, nos han tenido dormidos a base de darnos a cambio unos pocos
privilegios, sin embargo, nos han quitado muchos otros que nos pertenecen. Difícil va a ser recuperar todos, pero no nos podemos quedar de brazos cruzados y ponérselo fácil. Ellos los tienen con mucho menos esfuerzo que la mayoría de la gente trabajadora de verdad, ¿nosotros no tenemos derecho a lo mismo?
Hay vida después de esta crisis. Tiene que haberla, porque ha habido otras y la sociedad ha salido de ellas, como no puede ser
menos, y si tiene que ser a base de enfrentarse como nunca al poder, así será. Estoy convencido de ello porque la gente ha despertado y no les va a permitir tanto privilegio a cambio de nada.
La sociedad, como tal, unida es más fuerte que cualquier grupo político en el cargo,
lo que hace falta es saber que se tiene ese poder como ciudadano, pero ahí está, es un derecho
que nos pertenece.
Los escraches, tan criticados por algunos, sin
violencia no son un acto delictivo en sí mismos, es la forma más expresiva de
decir basta a tanto abuso desproporcionado. Son un grito pacifico ante las
injusticias y los abusos políticos que siempre han estado ahí. Hemos sido nosotros, los ciudadanos, los que no nos hemos atrevido a denunciarlo. Quizá, porque estábamos muy cómodos callados como veíamos que no nos iba tan mal después de haber visto a nuestros padres que habían estado peor. No nos podemos conformar con eso. Grita, como sea,
por muy poco que te parezca que haces seguro que no lo es tanto como estar
callado.
¿Qué prefieres, seguir siendo un borrego a las órdenes de una banda de forajidos, o ser de los que dan su opinión para el bien común y no formar parte del
rebaño sumiso? Tu vida te pertenece y la diriges tú. De ti depende, no busques escusas después si algo te incomoda por
imposición política.
Es hora de cambios y entre todos debemos y tenemos la obligación de vigilar a quienes se aprovechan de la buena fe de la gente para acabar con la corrupción política porque es el mal mayor de nuestra sociedad. Sólo pensar, que sin los casos de corrupción que conocemos, quizá buena parte de los recortes básicos y sociales que sufrimos no los conoceríamos, es para hacérnoslo mirar. Dejemos los ideales en la lucha por la corrupción a un lado porque nos incumbe a todos por igual. El bien es común.
Es verdad que resulta difícil acabar y desmontar de un plumazo un sistema que ha estado corrupto por defecto, pero también es verdad, que no podemos seguir así y permitir que se sigan cometiendo las mismas injusticias sin decir nada.
Todas las administraciones del
sistema están cuestionadas, y lo están porque hay gente vigilando los
movimientos de los políticos como nunca y han destapado la caja de los truenos.
Démosles las gracias por abrirnos los ojos a los demás y ayudémosles en lo que
buenamente podamos.
Después si eso, ya hablamos de fútbol...
En un país en el que abortar es malo en los tiempos que
vivimos, pero la pedofilia en la iglesia no es obscena ni castigada como
debiera, algo muy mal se debe de estar haciendo.
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