09 de marzo de 2014

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- En primer lugar, porque con esa tarifa se obliga al usuario a consumir electricidad ignorando el precio que va a pagar en cada momento por ella, salvo que tome medidas que, por su complejidad y frecuencia, son de muy difícil adopción. Así, para que el usuario supiera el precio del kWh en el momento del consumo, tendría que acceder cada día a la web del OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Electricidad) y tomar nota de los 24 precios horarios. Y, a partir de esa información, modificar cada día sus hábitos de consumo, para adaptarlos según más le conviniese, a los diferentes precios.
O expresado de forma igualmente coloquial. Que el Senado no sirve más que para apretar un botón, según expresó el antiguo protegido de la cazatalentos Esperanza Aguirre con fina ironía. Y aunque se desconoce si el exsenador Granados devolverá al erario público lo cobrado durante dos años de evidente ociosidad y holgazanería, no le falta razón. El Senado, como todo el mundo sabe, es una canonjía.
Es hora de decirle a la sociedad algunas verdades. Una de ellas es que el empleo, tal como lo hemos conocido, no volverá. Otra, que el empleo no garantiza la igualdad, sino todo lo contrario: perpetúa la dominación de una clase social sobre otra. Y si ese dominio fue atenuado algo por legislaciones progresistas, hoy, el triunfo de la derecha, unido al abandonismo de la mayoría social, supone un regreso al siglo XIX.
Los partidos políticos españoles actúan, deciden y se financian a espaldas de la ciudadanía. Es fácil comprobar desde fuera que son organizaciones oligárquicas que a veces no respetan ni las formas democráticas y que su militancia de base apenas puede hacer nada frente a la voluntad de los dirigentes. Ni siquiera los parlamentarios, que se supone que tienen un mandato popular al que someterse, pueden decidir por sí mismos y se limitan a obedecer en silencio a sus jefes de filas. De lo contrario, nunca más irían en las listas electorales y es de sobra conocido que sus afiliados más críticos terminan casi siempre exterminados.
En España aburren desde púlpitos, portavocías y tribunas del Gobierno, y del partido Popular que lo apoya, con la proclamación de la epifanía de un nuevo ciclo económico. Todo por un par de apuntes económicos, como cierta estabilidad de la prima de riesgo y que los fondos buitres compran barato deuda y propiedades inmobiliarias. Algo no necesariamente bueno sino lo contrario. Pero no se ve ni de lejos que mejore la economía. Ni la vida de la gente. Más allá del ruido mediático y de las declaraciones triunfalistas (que suenan como jaculatorias), nada muestra que haya un nuevo ciclo económico positivo."La información ya no tiene relevancia"
Estos últimos años se han hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la estructura del Sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial. Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle atención. El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA.
Parece increíble, pero los acontecimientos lo demuestran a diario. La información ya no tiene relevancia.
Nuestro cerebro se ha convertido en un drogadicto de la información rápida, en un yonqui ávido de continuos chutes de datos que ingerir, a poder ser pensados y analizados por cualquier otro cerebro, para no tener que hacer el esfuerzo de fabricarnos una compleja y contradictoria opinión propia. Porque odiamos la duda, pues nos obliga a pensar, ya no queremos hacernos preguntas, solo queremos respuestas rápidas y fáciles. Somos y queremos ser antenas receptoras y replicadoras de información, como meros espejos que rebotan imágenes externas, pero los espejos son planos y no albergan más vida en ellos que la que reflejan proviniendo del exterior.
Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde están en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos. Ahí es donde se está dirimiendo la auténtica guerra por el futuro de la humanidad. Nadie nos salvará desde un púlpito con brillantes proclamas y promesas de una sociedad más justa y equitativa, nadie nos salvará sólo contándonos la supuesta verdad, ni desvelando los más oscuros secretos de los poderes en la sombra.
Es pura lógica: No hay revolución posible sin una transformación profunda de nuestra psique a nivel individual, porque nuestra mente está programada por el Sistema. Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente.
“No puede ser que en un planeta con los recursos agroalimentarios suficientes para alimentar al doble de la población mundial actual, haya casi una quinta parte de sus habitantes sufriendo infraalimentación”.
“La hambruna ya es una realidad en las banlieues parisinas y el pueblo español también está sufriendo la pobreza, como el resto de Europa”.
Los teóricos del neoliberalismo, “nos han hecho creer que hoy en día la austeridad es la única política posible, pero sólo se aplica a la clase trabajadora y nunca a los banqueros.
El neoliberalismo delictivo, “se cura con política”.
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“Con la comida que se tira podrían alimentarse 2.000 millones de personas”
”La mitad del cereal producido en el planeta es para satisfacer la demanda de consumo de carne. Hay un sobreconsumo de carne absolutamente insostenible”
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