20/4/2015
No es un
día cualquiera y porque venga marcado por alguien en el calendario cuando hay
que concienciarse de lo mucho que derrochamos en energía.
El mes pasado, el día 28 en concreto, cuando se convocaba a nivel mundial él que como cada año y por una práctica
impuesta por los lumbreras de turno "La Hora del Planeta", el día del apagón mundial durante una hora, recordé que había hecho unas fotos pocos días antes en el Hospital de
Requena precisamente por eso, porque no entendía como derrochamos lo que en
apariencia y, porque no lo pagamos directamente de nuestro bolsillo, lo que creemos
que no nos cuesta nada. El derroche es descomunal.
Tengo que
decir a favor de éste hospital, que es un lujo en la comarca para conforme está la
sanidad en el país. Por eso mismo, porque es un hospital eficiente, y aunque esto pueda parecer una simple
rabieta, que no lo es, porque lo hago como denuncia, son detalles que a la hora
de montar estos edificios públicos se podrían solucionar sin mayor problema. Solo hacen falta las ganas de querer hacerlo mejor y pensando en el ahorro común, como país
eficiente con su gasto.
Me hace
mucha gracia, al mismo tiempo que me cabrea, esto de recordar los días a nivel
planetario cuando reivindicamos algún derecho humano y básico, o lógico y
eficaz, cuando debería de formar parte de nuestro día a día sin que nadie nos
lo tuviera que recordar.
“El día
mundial de…” ¿Hace falta marcar un día en el calendario para tener conciencia
de lo que hacemos y el resto del año no acordarnos de ello?
No es el
día de la mujer trabajadora cuando hay que acordarse de ella. Como tampoco lo
es el del cáncer, o el de la pobreza infantil… Son todos los días los que importan
en lo que hacemos, no es sólo un día al año. Son todos los días los que podemos
hacer algo por mejorar nuestra estancia en la tierra y contribuir en la forma y
medida que nos sea posible a hacer todo lo que podamos por no deteriorarla más.
Entiendo
qué en una consulta médica o en una oficina cerrada no se puede estar con una
vela, mucho menos en un quirófano, pero la mayor parte de los edificios
públicos están remodelados o son prácticamente nuevos y con unos ventanales que la luz del día entra por todos los lados y se debe de aprovechar, y así, contribuir de esa forma a un
ahorro lógico, porque no hacerlo es un gasto innecesario y absurdo. Mayor delito
tiene cuando se hace nuevo y no se piensa en ello.
Esto es el
hospital de Requena, un día cualquiera, de una semana cualquiera y de un año
cualquiera desde que está abierto. La próxima vez que tengáis que ir a un
hospital o a un edificio público observarlo, aunque solo sea por curiosidad.
En los pasillos internos, tiene lógica que se tengan encendidas las luces porque si no están lúgubres, sin embargo, donde los ventanales hacen que la luz entre de parte a
parte no veo que haga falta tener la luz encendida durante la mayor parte del
día. Pero no es solo éste hospital el que comete este gasto innecesario, estoy
seguro que pasa en la mayoría de los hospitales del mundo, por no decir en
todos.
Me ha
pasado y lo he visto con mis ojos, como en el Ayuntamiento, con plena luz solar
y siendo las 12 del mediodía, un día no muy frío y soleado, las ventanas estaban
abiertas, la luz encendida en estancias donde no hacía falta, y para rematar el
gasto, la calefacción encendida. Esto pasa en un ayuntamiento pequeño de un
pueblo pequeño, pero donde la factura de la luz es importante como para tenerlo
en cuenta dentro del presupuesto. Cuanto más grande sea el edificio con más
motivo habría que revisar estos gastos innecesarios que pagamos todos.
¿Tiene
sentido, encender la calefacción y tener las ventanas abiertas al mismo tiempo?
Yo en mi casa no lo hago. No sé, igual es que soy muy raro…
¿Qué sentido tiene, a las 12 de un día cualquiera, con un sol del carajo
y una luz resplandeciente, que se esté derrochando energía en tantos y tantos
edificios públicos con el gasto que nos supone a todos? ¿No lo piensan las
autoridades competentes? No me lo creo… Me creo más que los trabajadores de los
edificios públicos lo hagan inconscientemente, que den la luz al llegar a su trabajo
sin pensar si es necesario o no, sin darse cuenta que ese edificio donde
trabaja es de todos y que la luz y la calefacción que él gasta la pagamos
todos.
Quizá si
pensaran que detrás de su gesto inconsciente, las únicas que se benefician son unas
pocas empresas, siempre las mismas, pero que nos agobian a todos con sus abusos
paganos, a lo mejor entonces, el gesto sería otro y la forma de ver el gasto también.
¿Os
imagináis, lo gorda que tiene que ser la factura de la luz de todos los
edificios públicos que pagamos entre todos y sabéis quien se beneficia de ello?
Iberdrola se frota las manos con semejante chollo.
¿Tan
difícil es, poner y programar en todos estos edificios públicos, un cuadro de luces distinto y poder encender y
apagar por zonas cuando sea necesario y no derrochar como se derrocha
suponiendo un gasto innecesario, además de la emisión descontrolada a la atmósfera de gases, provocando el efecto invernadero que tanto nos está perjudicando?
Pasa en todos
los hospitales, ayuntamientos grandes y pequeños, diputaciones, en cualquier
casa de cultura y en cualquier edificio público...
Si
reivindicamos un apagón de una hora, y nos dicen que, en esa hora se hace un
ahorro de 300 millones a nivel nacional, ¿cuánto se podría ahorrar, si durante
tantas horas al día, durante tantos días al año, fuéramos sensatos y pensáramos
un poco en el bien común y no encendiéramos las luces donde la luz natural hace
su función? Sobre todo, en los lugares públicos que nos incumben a todos. En casa
de uno, cada cual que gaste lo que quiera o pueda.
Deberíamos
poder decirlo y denunciarlo sin ningún tipo de vergüenza, porque es casi una obligación
ciudadana denunciarlo, y cuando vamos a algún sitio público, que al fin y al
cabo es de todos, y esto parece que no nos lo terminamos de creer, si vemos una
simple luz que este encendida sin que haga falta, decirle a quien nos atienda, o
a quien corresponda, que por favor, que piense un poco y nos diga si en su casa
hace lo mismo. El ahorro sería muy considerable, tanto, como para que denunciarlo fuera una
obligación ciudadana sin que nadie se escandalizara por hacerlo.
Todos
somos parte de la solución, y es una obligación como individuos,
pero también deberíamos de hacérselo ver a las empresas, ayuntamientos, centros educativos, hospitales, sobre todo públicos, a que apuesten por ser más eficientes y autosuficientes en el uso de la energía y promuevan el uso de las energías limpias a lo largo de todo el año y no solo un día, para así lograr, o al menos intentarlo, reducir el nivel de CO2 del planeta.
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