Los cuatro años de Gobierno del PP ofrecen unos resultados decepcionantes en materia de ocupación: el paro se encuentra en niveles similares a los que se encontró al llegar, medio millón de personas han sido expulsadas del mercado de trabajo, y los empleos creados son sobre todo precarios y con sueldos mucho más bajos.
El Gobierno de Mariano Rajoy lleva tiempo lanzando las campanas al vuelo y jactándose de que ha conseguido enderezar el rumbo económico del país hasta situarlo en la senda de la recuperación y de la creación de empleo. Esta misma mañana, el ministro Luis de Guindos se mostraba entusiasmado con el dato del paro y aseguraba, en una entrevista en la cadena Ser, que era "incluso un poquito mejor" de lo que había previsto el Ejecutivo. E insistía en el mantra de la herencia recibida: "El anterior Gobierno nos dejó un embolado bastante gordo". Y después, el propio Rajoy elevaba ese tono triunfalista al asegurar que había que continuar con "esta velocidad de crucero".