Christian Felber - ATTAC Austria
Corresponsables.com
Empecemos por su libro. ¿Cómo ‘salvar al euro’ en estas circunstancias actuales?
A contracorriente de lo que están haciendo las élites políticas. En vez de ampliar la deuda, pagarla. En vez de ahorrar, invertir. En vez de sanear las arcas públicas mediante recortes, sanearlas a través de recaudaciones en el patrimonio privado, una riqueza que supera cinco veces la deuda estatal en la zona euro. Para hacernos una idea, bastaría el 10% de la riqueza privada para reducir la deuda estatal a la mitad, lo que sería una solución inmediata. Además, debería realizarse una reforma estructural del mal construido euro, que es la cooperación fiscal. Porque una cooperación monetaria no puede funcionar sin una cooperación fiscal, salarial, comercial y coyuntural.
En toda Europa el discurso que se repite es el de “no queda más remedio” por el que se tocan pilares como la educación, la sanidad o las pensiones. ¿Qué opina al respecto?
Que es un crimen. Económicamente es contraproducente, porque ahorrar en la recesión agrava la recesión, ya que dispara la deuda. Es decir, se causa el efecto contrario de lo que se pretende. Y todo ello a costa de la gente, porque aumenta la miseria y el paro, como sucede en Grecia y en España. Lo peor de la crisis es que aquí hay un sector de la sociedad que está en el poder político y quiere sacar provecho transformando los estados en autoritarios. La más dolorosa lección de la crisis es que estamos siendo testigos de un proyecto en contra de la democracia y de los derechos fundamentales, políticos y sociales.
Con los últimos acontecimientos, ¿se podría decir, como algunos expertos señalan, que la socialdemocracia está acabada en Europa?
Esto se produce por una serie de fenómenos como la falta de democracia interna en los partidos, el soborno y la corrupción, el poder inmenso de los lobbies, el mecanismo de financiación de los partidos, el poder mediático, y muchas veces, el hecho de que los mismos personajes cambian entre las élites políticas, financieras y mediáticas; un proceso que incluso tiene un nombre científico que es revolving door (puerta giratoria), es decir que las distintas élites que van saltando de ámbitos pero en realidad son una única élite, producto del sistema capitalista.
Los ciudadanos tenemos la sensación de que no nos enteramos de lo que está pasando porque no se nos dan las explicaciones necesarias. ¿Qué solución plantea ante este problema?
Hacen falta dos despertares fundamentales. El primero es que mientras la gente no se interese por la política y ni siquiera sepa que la misma deuda del Estado puede organizarse a través de los mercados o del propio banco nacional, mientras no muestre interés por estas cuestiones con la misma intensidad que por el fútbol, no vamos a tener una democracia de verdad. Es una falta de interés por los contenidos de la política.
El segundo despertar es que de momento hay fuerzas en contra de la democracia y de los derechos fundamentales que mucha gente no sospecha. Muchos no se dan cuenta de cómo nos están tomando el pelo las élites, poniéndonos una venda en los ojos y pretendiendo hacer el bien, procurando salvar el euro. Pero todo es una puesta de escena política de alta calidad. De esta forma, consiguen engañar a mucha gente y por lo menos logran que los que no piensan por su propia voluntad no empiecen a hacerlo.
En definitiva, mientras la gente no tome la responsabilidad completa de sus propias vidas, mientras no reclamen sus derechos, los demás harán con nosotros lo que les dé la gana, que es lo que precisamente está ocurriendo.