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23 de septiembre de 2013

Alemania se engaña y engaña a Europa

Juan Torres López - 22/9/2013
Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla
En los últimos meses se ha dado gran importancia a las elecciones alemanas de hoy domingo, considerándolas precursoras de un cambio de políticas en Europa pero creo que no la van a tener, pues me parece que la situación política y económica no variará mucho allí ni en Europa, sea cual sea su resultado.
Una nueva victoria de los conservadores no sólo no modificará la política de Merkel, sino que incluso es posible que lleve a debilitar el impulso que su gobierno había dado a la economía en los últimos meses para mejorar su imagen ante el electorado y a reforzar su fundamentalismo. Y no cabe esperar ni siquiera alguna tímida reformulación del discurso europeo si no se endurece con firmeza la posición de otros socios de la eurozona.
Tampoco cambiarían mucho las cosas con una victoria socialdemócrata, a estas alturas poco previsible, o incluso de Los Verdes. Aunque en sus programas tratan siempre de diferenciarse de los democristianos y ahora proponen la puesta en marcha de una especie de nuevos planes Marshall para reactivar las economías, si llegaran de nuevo a gobernar no se alejarían de lo que ha hecho y volverá a hacer Angela Merkel.
Así será porque los partidos políticos gobernantes en Alemania son materialmente esclavos desde hace mucho tiempo de la clase empresarial y financiera que es quien de verdad marca el paso de la política en aquel país.  No se olvide que fueron los socialdemócratas quienes pusieron en marcha las reformas reaccionarias que han originado el gran incremento de la desigualdad y del deterioro actual de las clases trabajadoras alemanas, y es bien sabido que sus posiciones sobre Europa, el euro o la estrategia del Banco Central Europeo no difieren prácticamente en nada de las que mantiene la derecha más recalcitrante.
Y no habrá cambios porque lo que los grandes poderes económicos han puesto sobre la mesa aprovechando la crisis económica y lo que ahora se dilucida en Alemania y en toda la Unión Europea no es otra cosa que el cambio radical del modelo social, es decir, una alteración profunda del equilibrio de fuerzas sociales y, por tanto, una redefinición de los derechos económicos e incluso políticos de los ciudadanos.

18 de septiembre de 2013

ITF: Un impuesto imprescindible



16 de septiembre de 2013



Publicado en Sistema Digital el 13 de septiembre de 2013
La puesta al día de los datos internacionales sobre transacciones financieras por el Banco Internacional de Pagos es una buena excusa para volver sobre los beneficios de los impuestos o tasas destinados a gravarlas. Pero en estas líneas me limitaré simplemente a poner de manifiesto la extraordinaria capacidad de captación de recursos que tiene este tipo de impuestos sobre las transferencias financieras (ITF), y no voy a entrar en el análisis de otras ventajas e inconvenientes que llevan aparejados.
Establecerlos parecía hace unos años un sueño imposible, aunque algunos premios Nobel tan poco sospechosos de radicalismo como James Tobin lo hubieran defendido hace ya cincuenta años. Es cierto que hoy día solo unos pocos países han avanzado en la práctica en esa dirección, aunque eso ya es significativo, pero es sintomático también que la propuesta ya no la hagan solamente los movimientos sociales u organizaciones de izquierdas, sino incluso muchos gobiernos conservadores.
Los bancos y los grandes centros de poder financiero se oponen a ello tajantemente, difunden análisis que les achacan todo tipo de inconvenientes y hacen todo lo posible por abortar cualquier propuesta que se haga al respecto. Pero la implantación de impuestos sobre las transacciones financieras es cuestión de tiempo. Terminarán existiendo de modo generalizado y serán el inicio de una nueva era de relaciones y políticas financieras en el planeta.
A veces cuesta defenderlos porque para la gente normal y corriente no es fácil hacerse una idea exacta de lo que representan las transacciones financieras, de las que solo una ínfima parte está vinculada a operaciones reales, de creación efectiva de riqueza, pues en su gran mayoría son puramente especulativas.
Para tener una referencia, baste saber que el Producto Interior Bruto mundial, es decir, el valor monetario de toda la actividad económica que se lleva a cabo en el planeta, es de unos 60 billones de euros y el de España de 1 billón.
Pues bien, según los datos que acaba de publicar el Banco Internacional de Pagos (aquí) solo en el mercado de divisas circulaban diariamente en abril de 2013 unos 4 billones de euros. Si aceptamos que hay unos 250 días al año en que se hacen estas operaciones resulta que su valor total anual sería de unos 1.000 billones de euros, es decir, 16,6 veces más que el PIB mundial.
Pero a esas operaciones en el mercado de divisas habría que añadir, entre otras, las que se llevan a cabo mediante distintos tipos de productos financieros derivados de tipos de interés over-the-counter (OTC), es decir, de modo bilateral entre las partes y no en mercados organizados. Según el Banco Internacional de Pagos (datos aquí) el valor diario de estas operaciones es de 1,72 billones de euros, lo que haría un total de 430 billones al año.
La suma de ambos tipos de operaciones sería, por tanto, de 5,72 billones de euros al día, o unos 1.430 billones al año en todo el mundo, es decir, 24 veces más que el PIB mundial.
Ahora bien, tal y como acabo de señalar, esa cantidad se refiere solo a las operaciones en los mercados de divisas y en los OTC, pero es evidente que en los mercados financieros hay otras muchas variedades de transacciones.
El cálculo mundial del valor de todas ellas es más difícil porque habría que obtenerlo de la información que proporcionan todos los bancos centrales, que es muy diversa y difusa. Pero para que nos hagamos una idea de su magnitud podemos presentar solamente el de las correspondientes a la Eurozona que ofrece el Banco Central Europeo.

11 de septiembre de 2013

La economía, el capitalismo y la guerra


06 de septiembre de 2013



“No podemos construir un automóvil decente, ni un televisor… ya no tenemos siderúrgicas, no podemos otorgar servicios de salud a nuestros ancianos, pero eso sí, podemos bombardear tu país hasta hacerlo mierda, especialmente si tu país está lleno de morenos…”. George Carlin
Mucha gente identifica el capitalismo con la existencia de los mercados e incluso de las empresas pero eso es un grave error. Ambos existieron desde mucho antes que el capitalismo y seguirán existiendo cuando desaparezca, aunque sí es cierto que en cada sistema económico funcionan con características y funciones diversas.
El rasgo distintivo del capitalismo es que, primero, incorporó a la órbita del mercado recursos que antes se utilizaban fuera de él, como el tiempo de trabajo y la tierra. Antes se podía comprar o vender a las personas pero no se adquiría su fuerza de trabajo a cambio de un salario y la tierra se conquistaba o transmitía pero no se intercambiaba en mercados como se hace en el capitalismo. Ese hecho, y el que más adelante se hayan mercantilizado incluso hasta las expresiones más íntimas de la vida humana y social, hacen que el capitalismo se distinga no por haber creado, como a veces se cree erróneamente, la economía de mercado, sino la sociedad de mercado. Y, por tanto, someter la vida social en su conjunto al afán de lucro.
La utilización del trabajo asalariado y de grandes volúmenes de capital (físico y dinerario) en el seno de las empresas permite multiplicar la capacidad de producción y generar una gran acumulación que ha derivado, justo es decirlo, en un progreso innegable. Pero, al mismo tiempo, crea fuertes contradicciones y problemas sociales muy graves.
Aunque pueda parecer un simple juego de palabras lo que ocurre en el capitalismo es que para poder obtener beneficios hay que obtener cada vez más beneficios, lo que lleva a producir sin cesar y a hacerlo con cada vez menos coste. Solo con que no crezca la inversión, incluso aunque no caiga, no solo se estancan los ingresos y los beneficios sino que se reducen multiplicadamente.
Pero para obtener cada vez más beneficios produciendo sin parar es preciso reducir al máximo el coste salarial. Eso provoca muy a menudo la falta de sintonía entre el precio que se querría pagar por el trabajo y la posibilidad de vender todo lo que se pone a la venta. Si los capitalistas fuesen tan numerosos como para comprar la totalidad de lo que producen se podría pagar una miseria a los trabajadores, pero si éstos son los que compran la mayor parte de la producción, como en realidad ocurre, resulta que a medida que se les paga menos es menor la capacidad global de la economía para comprar la producción. Eso quiere decir que, lo quieran o no, cuando los capitalistas se ahorran salario puede ser que alguno gane individualmente más pero que, a nivel general, lo que provocan es que se agote la capacidad general de absorber la producción que entre todos generan. Y de ahí vienen la mayor parte de las crisis que de forma recurrente se vienen produciendo desde que el capitalismo existe.

7 de agosto de 2013

Las mentiras de siempre del FMI

Juan Torres López - 4/8/2013

Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que acaba de hacerse público vuelve a insistir en que la solución de los problemas económicos españoles es la bajada de los salarios. Concretamente, asegura que una reducción del 10%, unida a otras medidas de ajuste, tendrían como resultado una subida de cinco puntos en el PIB en cinco años y de 7 en el empleo, además de reducir también el déficit y de producir  una caída de precios entre el  4% y el 5% tras dos años.
Sería magnífico si no fuera porque es mentira, incluso algo completamente imposible que se produzca y, por supuesto, totalmente indeseable.
Tal y como he expuesto con más detalle en artículos anteriores, algunas de las razones que demuestran que el FMI vuelve a mentir, manipulando groseramente las cifras y modelos, y a hacer propuestas sin el más mínimo sostén o aval científico son las siguientes.
- En España se ha producido ya una caída de los salarios que, según el prestigioso economista francés Jean Paul Fitoussi,  “no se ha visto nunca en los tiempos modernos en un país desarrollado” (What Does A Social Europe Look Like Today? ). Por tanto, si fuese verdad lo que dice el FMI, se tendría que estar creando empleo desde hace años.
- Hay evidencias empíricas suficientes para afirmar que en Europa ocurre justo lo contrario de lo que propone el FMI. James Galbraith y Deepshikha Chowdhury, por ejemplo, ha demostrado que de los datos sobre salarios y empleo en Europa entre 1980 y 2005 no se puede deducir que deban disminuir los salarios para que aumente el empleo: cuando han aumentado los salarios ha subido el empleo y cuando se han reducido ha bajado. ( The European Wage Structure, 1980- 2005: How much flexibility. El FMI debe saberlo y demostrar qué ha cambiado ahora para que las cosas funcionen al revés de como lo han hecho hasta ahora.
- Otros estudios, como los de Jesus Felipe y Utsav Kuma (Unit Labor Costs in the Eurozone: The Competitiveness Debate Alain, Working Paper of Levy Institute, 2011) han demostrado que si los costes laborales unitarios han subido en los años o países con peores niveles de empleo, que es uno de los principales argumentos que utiliza el FMI para justificar recortes salariales, no es porque hayan subido los salarios sino los precios, como consecuencia del enorme poder del que disponen las grandes empresas y al que nunca le hacen frente. Por tanto, nada asegura que recortando ahora salarios en España vaya a aumentar el crecimiento y el empleo, sino que sería mucho más útil actuar contra esos grupos de poder que hacen que nuestra economía sea menos competitiva.

27 de julio de 2013

Las mentiras del ministro alemán


21 de julio de 2013



Publicado en Sistema Digital el 18 de julio de 2013
Parece increíble que un país tan importante para Europa y el mundo como Alemania se pueda permitir el lujo de tener un Ministro de Economía tan ignorante e irresponsable como el señor Wolfgang Schäuble. Las declaraciones de una persona con tanta influencia y responsabilidad deberían ser muy medidas, pero el ministro alemán se destaca por las falsedades con que habitualmente adereza sus discursos sobre los graves problemas económicos no solo de su país sino de toda Europa.
Ahora acaba de afirmar que la causa del alto paro juvenil existente en países del sur europeo es que los mercados laborales están “rígidamente regulados”, y más concretamente, que la dificultad para despedir a los trabajadores con experiencia es lo que dificulta la contratación de jóvenes.
Es una idea sencillamente falsa, una mentira más a la que recurre cegado por sus convicciones ideológicas.
Los datos del empleo total y del juvenil en particular en España y en el resto de Europa demuestran claramente otras cosas.
La primera, en relación con el paro en general, que la mayor o menor flexibilidad no es explicativa de la existencia de tasas de paro más o menos elevadas. Organismos tan poco sospechosos como la OCDE lo han reconocido en diversas ocasiones.
Basta con observar los datos de empleo y paro en diferentes países europeos para poder comprobar fácilmente que no hay correlación clara entre desempleo y flexibilidad y que, por el contrario, sí que la hay, y muy estrecha, entre el volumen de la actividad económica y el empleo. Es decir, que no es cierta la tesis neoliberal que defiende el ministro alemán -que el nivel de paro depende de lo que ocurra en el mercado de trabajo-, porque más bien sucede otra cosa, que depende de la actividad que haya en el mercado de bienes y servicios.
Las afirmaciones del ministro de la señora Merkel también son falsas en relación con el paro juvenil.
Los estudios empíricos, es decir, los dato reales y no las fantasías neoliberales del señor Schäuble, demuestran hechos muy diferentes a los que él da como ciertos.
Si se compara la evolución del paro juvenil (tanto en la franja de 16-24 años como entre 25-29) en el conjunto de los diferentes países europeos en la última década con la registrada en España se puede comprobar fácilmente que la pauta seguida en ambos casos es muy parecida, a pesar de que la regulación laboral es muy diferente, hasta que se inicia la crisis económica. Es solo a partir de ese momento cuando se observa una incidencia del paro juvenil en nuestro país distinta a la que se da en otros europeos.
Pero si se analiza la gran pérdida de empleo juvenil registrada en España desde 2008 se puede comprobar también sin dificultad que las causas que la explican son muy distintas a las que asegura el alemán que impiden que se contrate a más jóvenes. Así lo demuestran algunas circunstancias como las siguientes:
- Las dos terceras partes del empleo juvenil se ha perdido en la construcción, la industria manufacturera y el comercio, es decir, en sectores muy afectados por la crisis. Por tanto, ha sido la caída de la actividad y no la existencia de una regulación rígida o poco flexible lo que ha hecho aumentar el paro.

24 de julio de 2013

España está secuestrada


19 de julio de 2013



Publicado en Público.es el 19 de julio de 2013
Supongo que la mejor expresión de la libertad de un país es la que efectivamente tienen sus ciudadanos. Y, desde ese punto de vista, creo que se puede decir que España no es libre. Al menos, desde mayo de 2010, cuando José Luis Rodríguez Zapatero cambió de política y puso a España a la orden de los capitales financieros y de sus representantes políticos mundiales.
Desde entonces, los españoles no disfrutamos de libertad. Hemos podido votar sin coacciones, bien es cierto (aunque sin entrar en la naturaleza de la ley electoral, del desigual acceso a los medios o a la financiación, o en los privilegios de los distintos partidos en contienda por el voto), pero también lo es que no podemos evitar que nuestros representantes elegidos tomen decisiones manifiesta y materialmente contrarias a los programas que votamos, o que hagan lo que se comprometieron a no hacer cuando nos pidieron el voto. Cambiaron la Constitución sin consultarnos y aplican políticas opuestas a las que constan en sus programas electorales sin que tengamos manera de impedirlo.
El propio presidente Rajoy reconoció en el Parlamento que ni él ni los españoles somos libres, y la práctica totalidad de los demás diputados y diputadas lo asumió sin rechistar, sin reaccionar y sin que se les cayera la cara de vergüenza por aceptar en silencio una auténtica condición de simples mariachis.
Los españoles no somos libres para decidir la política económica que queremos que siga el gobierno, ni para establecer en beneficio de quién debe tomar sus decisiones.
Los españoles no somos libres para pararle los pies a la Troika que al servicio de los grandes banqueros condiciona sin disimulo la política del gobierno, arruinando con ella a miles de empresarios y condenando al paro a millones de personas. Ni tampoco a las grandes empresas que se aprovechan de su poder de mercado para elevar los precios a su antojo obteniendo beneficios extraordinarios, o para imponer condiciones laborales y fiscales vergonzosas que les permiten evadir impuestos y desentenderse de las necesidades sociales. Y, por supuesto, no tenemos libertad para poder investigar sus cientos de comportamientos ilegales y abusos. O para evitar el tráfico continuo de políticos hacia sus consejos de administración para venderle favores e información privilegiada.
Los españoles de a pie no tenemos libertad para enmendar el camino de engaños y traiciones por el que continuamente transita la clase política corrupta, de cuyos robos tenemos que enterarnos por algunos medios (cuando les interesa informar de ello) sin poder evitarlo. Y el tratamiento recibido por la iniciativa legislativa popular promovida por la PAH contra los desahucios o el recurso del gobierno central contra el decreto andaluz sobre vivienda han demostrado que tampoco somos libres ni siquiera en el estrechísimo marco concedido dentro del sistema institucional vigente.
Las encuestas muestran claramente que la inmensa mayoría de los españoles desea que se apliquen medidas económicas y sociales totalmente diferentes a las que vienen aplicando los dos últimos gobiernos pero no hay manera de influir y obligar a que se adopten.

3 de julio de 2013

España da vergüenza

Juan Torres López - 29/6/2013
Da vergüenza un país en donde justo cuando el gobierno se embarca en vender la que llama Marca España, como si fuera una simple mercancía (no puede ser casualidad), los medios de comunicación desvelan una escandalosa trama de corrupción en la que están envueltos la mayoría de sus dirigentes, personajes corruptos que han hecho del servicio público la fuente de su lucro personal a base de concederse sobresueldos con el dinero de todos los españoles o con el de las empresas a las que han hecho favores allí donde gobiernan.
Da vergüenza un país en donde nada más y nada menos que el responsable durante años de las finanzas del Partido Popular que nos gobierna acaba de entrar en la cárcel porque sus fechorías son ya indisumulables y que los dirigentes de su partido, justo a los que ha estado financiando generosamente durante años, no tengan nada que decir y se hagan los locos.
Da vergüenza un país en donde su primera autoridad, Don Juan Carlos de Borbón, es también el primero en dar mal ejemplo a sus conciudadanos. Da vergüenza un país en donde no hay manera de conocer de dónde viene la fortuna que el Monarca ha amasado mientras representaba al Estado. Y da vergüenza contemplar cómo mueve Roma con Santigo para evitar que su hija haga frente a responsabilidades por las actividades en las que es materialmente impensable que no haya estado implicada o incluso que él no supiera que se  llevaban a cabo.
Da vergüenza un país en donde tantos jueces y fiscales se ponen en marcha, no para administrar justicia, sino para evitar que su peso caiga sobre los delincuentes de almidón, empezando como digo por los miembros de la Casa Real y terminando por banqueros, dirigentes políticos u otros magistrados que entre ellos se protegen abiertamente.
Da vergüenza un país en donde los partidos mayoritarios se ponen de acuerdo para tapar  a quienes han robado y destruido el patrimonio de millones de españoles. Da vergüenza que impidan que se investiga lo que ha pasado y que no haya banqueros juzgados y en la cárcel por las estafas que han orquestado en los últimos años y con las que han ganado miles de millones de euros, o políticos por las privatizaciones a favor de amigos que llevaron a cabo.
Da vergüenza un país en donde los partidos mayoritarios engañan sistemáticamente a sus votantes cuando llegan al gobierno, olvidándose de sus programas electorales, sin que pase nada.
Da vergüenza un país en el que los gobernantes y líderes políticos mayoritarios pueden traicionar al pueblo y a la Nación entregándola a intereses extranjeros o a los de grupos  minoritarios, sin someter sus decisiones a la voluntad popular. Da vergüenza un país gobernado por mentirosos y traidores que cambien la Constitución sin consultar al pueblo al que llaman soberano o que promulgan leyes electorales para impedir que todos los intereses sociales estén fielmente representados en las instituciones.

11 de junio de 2013

Banquero a la sombra

Juan Torres López - 8/6/2013

Es posible que las más altas instancias consigan que el encarcelamiento del ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, termine cuanto antes y que su proceso quede en agua de borrajas, o al menos en una condena de poca monta. Pero, en todo caso, me parece un hecho muy significativo, al menos, por tres razones.
En primer lugar, porque es el primer banquero al que más seriamente se le piden responsabilidades por las pérdidas y los daños de todo tipo y tan tremendos que la gestión financiera y el manejo del dinero público y privado han provocado en los últimos años.
La democracia es incompatible con la impunidad. El ejemplo y los incentivos que se trasladan a las personas normales y corrientes cuando se deja que los que tienen dinero y poder puedan hacer lo que quieran y cometer atropellos sin pagar por lo que hacen son demoledores. Ninguna sociedad puede sobrevivir a ello, pues la responsabilidad y la rendición de cuentas son prerrequisitos de la confianza y la seguridad, imprescindibles para que las personas podamos convivir en paz y cooperar en la forma tan estrecha que siempre se precisa para satisfacer nuestras necesidades.
España no puede seguir permitiéndose que los delitos de los delincuentes financieros sigan prescribiendo tan habitualmente, o que los gobiernos indulten como si nada a los que son condenados, como ha hecho en más de 17.600 ocasiones desde 1977, preferentemente con políticos y jueces corruptos o prevaricadores, con grandes empresarios y banqueros o con defraudadores y narcotraficantes.
En segundo lugar, el encarcelamiento de Blesa es significativo también porque no es un banquero cualquiera sino de partido, y más concretamente uno de los hombres de confianza de su amigo el ex presidente José María Aznar, que lo aupó a un cargo que está completamente vedado para quien no cuente con el poder político e institucional de las más altas instancias del Gobierno y el estado.

7 de junio de 2013

¿Qué pacto y para qué?

Publicado en Sistema Digital el 6 de junio de 2013

En diversas ocasiones he defendido que para salir de la crisis en España es preciso un gran acuerdo social. Los problemas económicos no tienen soluciones económicas sino políticas. Y mucho más los que presentan una dimensión tan grande como los que estamos sufriendo, que no vienen solo del impacto de una crisis exterior ni de simples perturbaciones financieras internas sino de la coincidencia de todo ello con una falla generalizada de todo el modelo productivo, de las pautas de consumo y de reparto dominantes y del tipo de relación que venimos manteniendo con la unión monetaria a la que pertenecemos.
Es imposible salir de esta situación mediante el arbitrio de un solo partido, por muy nítida que sea su mayoría en el parlamento como ahora ocurre, y menos cuando al mismo tiempo se empeña en imponer un modelo ideológico cerrado y excluyente a toda la sociedad en materia educativa, religiosa, cultural, comunicativa o política. Es una quimera pensar que así se puede salir de una crisis tan amplia porque la terapia que ésta requiere se basa en el concurso de una gran mayoría social, con independencia de su ideología o sensibilidad política, y no de una mera superioridad parlamentaria.
¿Cómo acabar con la corrupción asociada al dominio de la banca y de la deuda o con el fraude que se han convertido en cultura, adueñándose de los partidos e incluso de parte de la ciudadanía, si no es con la complicidad de todos? ¿Cómo hacer frente a una Europa, o más particularmente a Alemania, que impone un modelo egoísta y manifiestamente incapaz de dar salida a la crisis, si no es igualmente con una mayoría social muy amplia, consciente y movilizada por lo que pasa? ¿Puede un solo partido, por muy cómoda que sea su mayoría absoluta, depurar las responsabilidades por los daños, por los robos y estafas que hemos sufrido? ¿No es ya evidente que nada de eso se puede hacer con el viejo modo de hacer política que predomina?
En lugar de esto, lo que para colmo está ocurriendo es que una minoría social privilegiada impone su proyecto económico, financiero y político a través de un partido que venció en las elecciones engañando al electorado sobre sus verdaderos propósitos. Las encuestas muestran que esa traición solo produce desafección entre sus votantes y frustración en sus filas, como le ocurrió al Partido Socialista. Y los hechos demuestran también que ese proyecto no solo no permite resolver los problemas económicos que tenemos sino que los agudiza.
En el transcurso de unos pocos meses de gobierno, el Partido Popular ha llevado a cabo las contrarreformas más reaccionarias y contrarias al bienestar social de los últimos decenios. Ha hecho saltar por los aires los derechos sociales y ha llevado a mínimos prestaciones o servicios públicos fundamentales sin que eso se haya traducido en la mejora de la situación económica. El paro aumenta (como tendremos ocasión de volver a comprobar cuando se corrija un efecto estacional aparentemente positivo pero que está precisamente provocado por la mayor destrucción de empleo anterior), la deuda también crece e incluso el saldo comercial exterior mejora por el empobrecimiento interior (pues el crecimiento de las exportaciones es el más bajo de los últimos años). Y eso por no hablar de otros indicadores socioeconómicos relativos a la innovación, igualdad, pobreza. mortalidad o exclusión social.

1 de junio de 2013

Crímenes económicos contra la humanidad

31 mayo 2013 
Juan Torres López - Consejo Científico de ATTAC España
En la doctrina internacional hace tiempo que están tipificados los delitos contra la humanidad, o de lesa humanidad. Se entiende que son “diferentes tipos de actos inhumanos graves cuando que reúnen dos requisitos, su comisión como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque, que producen sufrimientos graves o daños físicos o mentales a las personas (Joana Abrisketa, Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo).
Se considera que este tipo de ataques son criminales cuando se realizan por motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género, o bien por otros que sean universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional.
Sin embargo, quedan fuera de esa consideración las conductas que tienen naturaleza económica a pesar de que no sería difícil apreciar que algunas de ellas pueden entrar claramente en el tipo de las que habitualmente son consideradas como crímenes contra la humanidad.
¿Cómo podría calificarse, por ejemplo, la hipotética conducta de un Gobierno que concede el servicio de agua a un monopolio que aprovecha su dominio del mercado para subir extraordinariamente los precios, provocando así la muerte de miles de personas por carencia de agua potable? ¿Cómo tipificar el hecho de que un fondo de inversión manipule los precios de una determinada materia prima alimentaria, con el único fin de lograr ganancias con ello, y provocara una hambruna que matara de hambre a cientos de miles de personas? ¿Cómo podría definirse una decisión gubernamental que privatizara servicios públicos sanitarios en un contexto de gran pérdida de poder adquisitivo y como consecuencia de ello empeorase la salud, o incluso perdieran la vida miles de personas? ¿Cómo tipificar una estafa bancaria generalizada, que provocara en cadena una crisis financiera que llevara consigo el desempleo y la ruina de millones de personas, el cierre de miles de empresas y la quiebra de sociedades y economías enteras, con los daños humanos subsiguientes?
Soy plenamente consciente de que estos casos, y otros muchos parecidos que se podrían poner sobre le mesa, son más difíciles de encajar en el concepto habitual de crímenes contra la humanidad que otros que se manifiestan en torturas, ataques militares, persecuciones, deportaciones, etc., porque determinar su naturaleza exacta y sus motivos o incluso la secuencia que provoca los daños es más complicado y menos explícito. Pero creo que esa dificultad no justifica que se deje de lado su estudio y que se avance hacia una tipificación internacional de los crímenes de lesa humanidad, que se pueden estar cometiendo por razones o mediante acciones de tipo económico.
Sin ánimo ninguno de entrar en la problemática jurídica que eso puede comportar, simplemente quisiera señalar que hay una serie de connotaciones asociadas a determinadas conductas o políticas de naturaleza económica que a mi modo de ver permiten que éstas puedan ser consideradas como verdaderos crímenes de lesa humanidad.

23 de mayo de 2013

Hombres de negro: el crimen del dinero organizado

22 de mayo de 2013

Publicado en Público.es el 21 de mayo de 2013
Hoy martes llegan a España los llamados hombres de negro, los inspectores de la troika que vienen a dilucidar si todo marcha como se debe para que los bancos españoles puedan seguir recuperándose en beneficio final de los de Alemania y de otros países europeos.
Revisten su visita como una evaluación del ajuste que precisa nuestra economía a través de las reformas que, como ya es bien sabido, consisten en dar facilidades y ayudas a la banca, en salarios y pensiones más bajos, gasto social más reducido y privatizaciones de servicios públicos. La crisis es la excusa, y como con esas medidas será imposible que salgamos de ella, ya lo estamos viendo, dirán que las medidas adoptadas van por el buen camino pero que son aún insuficientes y que hay que seguir profundizando en ellas. Más de lo mismo para conseguir lo de siempre, que ganen los de arriba a costa de casi todos.
Actúan al unísono y siempre que hablan concitan el aplauso y el apoyo de las grandes patronales y de los banqueros. Es lo normal, cada uno son una cosa pero todos ellos vienen a ser lo mismo: el dinero organizado. De quien dijo el presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, que no era precisamente un izquierdista, que estar gobernado por él era más peligroso que estarlo por el crimen organizado.
Y llevaba razón, como podemos comprobar fácilmente en nuestros días contemplando lo que las autoridades europeas están llevando a cabo entre nosotros, un verdadero crimen del dinero organizado contra los pueblos.
¿Cómo calificar de otro modo, por ejemplo, a permitir que bancos privados como Citigroup, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Bank of America, Barclays PLC, Bear Sterns, Goldman Sachs, Royal Bank of Scotland, JP Morgan Chase, Deutsche Bank, UBS, Credit Suisse, Lehman Brothers, Bank of Scotland, BNP Paribas, Santander, BBVA…, entre otros, pudieran llegar a financiarse cuando estaban en dificultades al 0,01% mientras que los países se arruinan porque sus gobiernos tienen que hacerlo incluso al 50%, es decir, con intereses 5.000 veces más caros?
No exagero. La Reserva Federal de Estados Unidos llegó a proporcionar en secreto, entre el 1 de Diciembre de 2007 y el 21 de Julio de 2010, 1,2 billones de dólares (digo bien, 1,2 millones de millones) al 0,01% a algunos de los principales bancos del mundo. Y al 50% tuvo que colocar Grecia deuda pública a dos años en septiembre de 2011.
Incluso con tipos más reducidos la desproporción es abismal.
Hace unos días, el Tesoro español colocó en el mercado títulos al 4,45%. Un interés que ahora se considera bajo pero que, incluso así, es 445 veces más elevado que el 0,01% mencionado o 9 veces más caro que el 0,5% al que el Banco Central Europeo da actualmente a los bancos privados todo el dinero que le pidan.
¿Cómo no va a ser astronómica la deuda pública de gobiernos que se tienen que financiar a esos intereses tan elevados?
¿Y cómo calificar, sino como un crimen, que se les obligue a hacerlo llevándolos a la ruina, cuando podrían financiarse, al menos, en igualdad de condiciones que los bancos privados?

14 de mayo de 2013

Subsidios al desempleo: otro engaño neoliberal



10 de mayo de 2013  - Juan Torres López



Publicado en Sistema Digital el 9 de mayo de 2013
Una de las ideas más combativas del neoliberalismo, y de las que más han influido en la política de los gobiernos, es la que afirma que aumentar en cantidad o en extensión los subsidios al desempleo es algo muy negativo a la hora de combatir el paro.
Los dos principales argumentos que se dan en este sentido los expone con su claridad de siempre Richard Posner, un conocido jurista liberal estadounidense experto en cuestiones económicas (Against Extending Unemployment Benefits).
El  primero es que los subsidios a los desempleados aumentan el coste de oportunidad de reincorporarse al mercado laboral para los parados que los reciben. Cuando son muy generosos, afirma, “la diferencia de bienestar entre trabajar y no hacerlo es tan pequeña que la gente no busca trabajo seriamente hasta que la prestación está a punto de agotarse”. Por eso concluye Posner que “extender o aumentar las prestaciones, en vez de estimular la creación de empleo, probablemente la desincentive, ralentizando la marcha de la recuperación económica”.
El segundo argumento que utiliza contra los subsidios de desempleo es que la transferencia de dinero que se hace a los parados no tiene por qué tener un efecto neto positivo en el consumo o la inversión, porque eso depende de lo que el receptor de la prestación haga con ella. Si la mantiene en efectivo o la guarda en un banco que dedica ese fondo a comprar bonos del Tesoro, o si con ella se compran bienes de inventario que los vendedores no reponen, no producirá ningún estímulo a la producción ni al empleo.
En conclusión, Posner, como casi todos los economistas neoliberales, rechaza este tipo de subsidios y solo los defiende como “prestación de garantía social”, pero incluso con muchas limitaciones porque considera que al concederse a cualquier desempleado no se discrimina entre quienes lo necesitan y quienes no. Una limitación importante en su opinión porque, según dice, no siempre se puede asumir que todos los desempleados tengan realmente dificultades económicas cuando están en paro. Pueden estarlo “porque su aptitud o adhesión al trabajo es efectivamente escasa” o “puede ser que tengan muchos ahorros o un cónyuge rico”.
No voy a negar que determinar con exactitud el efecto real de los subsidios al desempleo es algo complejo y que, por tanto, no se puede establecer taxativamente que sea uno u otro. Es cierto que la casuística es muy diversa y que la actitud hacia el empleo no es la misma en todos los seres humanos, ni en todas las condiciones laborales, ni en todos los momentos históricos, ni en todas las circunstancias sociales.

2 de mayo de 2013

Más trampas del BCE para cubrir a Merkel


Juan Torres lópez - 17/4/2013
Hace unos días publiqué un artículo mostrando cómo el presidente del Banco Central Europeo había presentado a los líderes europeos unos datos sobre la evolución de la productividad y los salarios en diferentes países que o estaban manipulados o manifestaban un desconocimiento tremendo de cuestiones económicas básicas (Las trampas de Draghi para bajar salarios). Califiqué ese hecho como una trampa porque de esa forma se confundía a la gente para poder sacar adelante propuestas que no tienen otro fundamento que la ideología neoliberal de quien las propone.
Ahora de nuevo hay que denunciar otra publicación del Banco Central Europeo cuyos resultados confunden a la población y que se difunden para ayudar a la política reaccionaria de la señora Merkel y su gobierno, empeñados en justificar su guerra económica contra Europa diciendo a sus conciudadanos que la desidia de los países del sur de Europa obliga a que las familias alemanas, que son las más pobres, paguen sus excesos.
Diversos medios de comunicación tan influyentes como The Wall Street Journal, Financial Times o Frankfurter Allgemeine se han hecho eco en los últimos días de un trabajo publicado por el Banco Central Europeo en la revista Statistics Paper (“The Eurosystem Household Finance and Consumption Survey, Results from the First Wave”) en la que se cuantifica la riqueza de las familias de los países europeos mostrando que la de las alemanas es menor que las de otros países de la periferia europea.
Los titulares de esos medios son significativos: “Ricos chipriotas, pobres alemanes”Reiche Zyprer, arme Deutsche) en Frankfurter Allgemeine, “¿Los más pobres de Europa? Mire al Norte” (Europe’s Poorest? Look North) en The Wall Street Journal, o “Los pobres alemanes cansados de rescatar a la eurozona” (Poor Germans tire of bailing out eurozone) en Financial Times.

29 de abril de 2013

La ruina de pagar la deuda impagable

El Banco Central Europeo debería financiar a los gobiernos sin necesidad de cobrarles intereses

Juan Torres López - 27/4/2013

Los medios de comunicación se han hecho eco esta semana de los datos de deuda pública que dio a conocer el pasado lunes Eurostat pero casi ninguno se refiere a lo más relevante que muestran.
Es lógico subrayar que se elevan las cifras de déficit que proporcionó el Gobierno de Rajoy y que el nivel de la deuda pública europea a finales de 2012 ha alcanzado niveles estratosféricos: 11,01 billones de euros entre los 27 gobiernos de la Unión Europea, de los que 883.777 millones corresponden a nuestro país, cuya deuda fue la que más subió si se mide en proporción al PIB.
Pero, con independencia de la gravedad de estos datos, me parece que son otros los que reflejan el verdadero cáncer de Europa, y de ellos apenas se ha dicho nada.
Me refiero a la impresionante cantidad de dinero que los gobiernos vienen dedicando a pagar intereses a los bancos privados.
En 2012, los 27 países de la UE dedicaron a ese concepto un total de 380.255 millones de euros, lo que representa un 2,9% de su PIB conjunto y España pagó 31.297 millones, un 3% del nuestro. Algo menos que Portugal, que dedicó el 4,4%, o que Grecia (5%) o Italia (5,4%).
Lo ingente que resulta esa auténtica dádiva a la banca privada se refleja mucho mejor si se suma la totalidad de los intereses pagados desde que los datos están disponibles.
Solo los 17 países miembros de la eurozona hemos gastado por ese concepto 4,77 billones de euros entre 1995 y 2012, lo que representa el 54,3% de la deuda, más o menos lo mismo que lo pagado por los 27 de la UE, el 54%. En España los intereses pagados en todos estos años suponen el 42,4% de la deuda pública acumulada, un porcentaje que es aún mayor en países como Alemania (54,2%) o Italia, en donde representan nada más y nada menos que el 72% de su deuda pública.

28 de abril de 2013

Gobierno dimisión, elecciones ya


26 de abril de 2013

Publicado en Público.es el 26 de abril de 2013
Las últimas noticias sobre la economía española y la reacción del gobierno ante las protestas ciudadanas marcan a mi juicio un punto definitivo de no retorno.
Los datos del paro, el empeoramiento de las previsiones de crecimiento, la corrección al alza de la cifra de déficit o la evolución de los indicadores del crédito, del consumo o la producción industrial reflejan que la acción del gobierno del Partido Popular es un desastre sin paliativo alguno.
Ni una sola de las reformas que ha ido adoptando ha logrado lo que le dijeron a los ciudadanos que iba a conseguir. La reforma laboral ha multiplicado el desempleo, las financieras no han saneado de verdad el sistema bancario ni han recuperado el crédito, la amnistía fiscal solo ha servido para que se valgan de ella los correligionarios de los gobernantes, y los recortes de derechos y gastos sociales en educación, sanidad, pensiones o atención a la dependencia ni siquiera suponen una disminución sustancial de la deuda porque se mantienen los altos pagos por intereses o el apoyo generoso a la banca y a las grandes empresas.
Los datos son irrefutables y no hay manera alguna de salvar la gestión de Mariano Rajoy y de su partido. El cierre de empresas y los despidos crece sin cesar, miles de empresarios pierden sus patrimonio y los niveles de paro avergüenzan ya y dan miedo a propios y extraños. La economía no levanta cabeza se mire por donde se mire, la pobreza está aumentando dramáticamente, sobre todo entre las personas mayores y los jóvenes y niños, miles de personas y hogares pierden sus viviendas, los servicios públicos se degradan por momentos y los ingresos de las familias caen estrepitosamente, generando no solo sufrimiento sino la ruina de las pequeñas y medianas empresas que viven de ellos, o de cientos de municipios.
Pero nada de eso afecta por igual a todas las personas porque, mientras tanto, el gobierno se dedica a salvar la cara y el sillón a banqueros delincuentes, se niega a investigar a los responsables de todo lo que está pasando y ayuda con la mayor generosidad a las grandes empresas, bancos y fortunas. Lo prueba como hecho así mismo irrefutable el aumento de la concentración de la renta y la riqueza y de la desigualdad en España.
No se trata, pues, de un simple problema de incompetencia del gobierno. En realidad, lo que tiene que hacer para que los de arriba salgan adelante en mejores condiciones lo hace bien. Se trata, además, de que nos gobierna un Partido que traiciona constantemente los intereses generales, que se enroca en la mentira y que limita las libertades públicas para sortear los efectos de su fracaso ante la gente normal y corriente.
Rajoy y el Partido Popular, como antes le pasó a Zapatero y al PSOE, se han rendido ante los poderes económicos europeos y sus representantes políticos, y han puesto a España de rodillas ante la Troika y ante la reaccionaria Señora Merkel, que no es sino la marioneta vestida de ideóloga liberal de los grandes bancos y corporaciones alemanas.

7 de abril de 2013

La guerra mundial de la deuda


1 abril 2013
Juan Torres López – Consejo Científico de ATTAC España
El pasado día 18 de este mes, el Banco Internacional de Pagos (BIP) actualizó unas series históricas sobre la deuda privada de cuarenta países. Los datos se refieren al sector privado no financiero que incluye a las empresas, hogares e instituciones sin ánimo de lucro y están tomados desde diferentes años de partida según los casos y después de haber tratado de homogeneizar las diferentes formas en que se han generado las deudas (la metodología y los datos de todos los países en formato Excel pueden verse en BIP, Long series on credit to private non-financial sectors).
Sorprendentemente, estos datos han pasado muy desapercibidos en los medios de comunicación a pesar de que son sencillamente escalofriantes y que, al menos desde mi punto de vista, llevan a dos grandes conclusiones. La primera, que el énfasis que se pone habitualmente en el peligro que supone la deuda pública (sin despreciarlo) es una cortina de humo para ocultar el principal cáncer que asola a la economía capitalista, y que es la deuda privada. Y la segunda, que este cáncer es tan grande que hace completamente insostenible al sistema porque éste no será capaz ni de amortizarla ni de hacerla desaparecer graciosamente.
De los datos que proporciona el Banco Internacional de Pagos para los diferentes países se pueden extraer resultados como los siguientes:
  • La deuda privada de Estados Unidos (cuyo PIB es de unos 16 billones de dólares) era de 24,98 billones de dólares (millones de millones) a 30 de septiembre de 2012. Según los datos del BIP, este volumen de deuda es el doble del que había hace tan solo nueve años.
  • La deuda de los países de la Eurozona computados era de 15,70 billones de euros (frente a un PIB de 8,7 billones) en la misma fecha, y también se ha duplicado en los últimos nueve años. El Reino Unido, que tiene una deuda privada total de 3,1 billones de libras (PIB de 1,4 billones), solo ha necesitado 7 años para duplicarla.

21 de marzo de 2013

¿Qué pasa en Chipre y por qué?



18 de marzo de 2013

Juan Torres López


Publicado en Público.es 18 mar 2013
La mayoría de la gente se ha quedado muy sorprendida cuando se ha dado a conocer que la Troika (la Comisión Europa, el Banco Central Europeo y el FMI) acaba de dar un préstamo a Chipre a condición, además de privatizar servicios públicos y recortar gastos, de establecer un impuesto sobre los depósitos bancarios del 9,9% (como si las oferta de un supermercado se tratase) para los de más de 100.000 euros y del 6,75% para los de menos.
Cuando los chipriotas salieron corriendo a los cajeros automáticos para sacar su dinero se encontraron con que la cantidad correspondiente a ese impuesto no la podían sacar, se había establecido un corralito bajo la forma de simple y pura incautación. Y, como siempre suelen suceder estas cosas, sin que haya habido de por medio una decisión del Parlamento que es en donde se supone que radica la soberanía popular que debe acordar las grandes decisiones en las sociedades que se llaman democráticas.
Chipre es una de las economía más pequeñas de la Unión Europea (sus depósitos bancarios representan más o menos el 0,2% de los totales) y un país escasamente conocido por los europeos, si no es por su tradicional oferta turística. Pero ahora conviene saber algo más de él porque igual resulta que lo que ha pasado allí vuelve a suceder dentro de poco en las economías más grandes de Europa.
Una brevísima historia
Chipre mantuvo desde los años noventa una economía modesta y relativamente saneada gracias a su oferta de turismo tradicional. Sin embargo, entre 2001 y 2008 su PIB creció un 3,7% de media, bastante más que el de la mayoría de los países de la Unión, mientras que su deuda pública se mantuvo baja, sin ni siquiera llegar, cuando estalló la crisis, al 60% exigido por la UE.
Pero a partir de 2010-2011 las cosas se pusieron mal para la banca chipriota, las agencias de calificación rebajaron la nota a Chipre y el 26 de junio de 2012 el gobierno solicitó formalmente una ayuda a la Unión Europea. Lo que había pasado en esos años de crecimiento y las razones de la caída son muy parecidas a lo ocurrido en otros lugares de Europa.
Chipre entró a formar parte del euro en 2007 pero había vinculado su moneda con la europea desde antes. Eso le permitió tener tipos de interés reales muy bajos y como al mismo tiempo ofrecía impuestos muy ventajosos (en realidad, actuaba como un auténtico paraíso fiscal) registró grandes entradas de capital que le permitían crecer mucho. Muchas de ellas (algunas estimaciones dicen que entre el 30 y el 40% del total de los depósitos) procedentes de los oligarcas rusos que blanqueaban allí su dinero, y también del Reino Unido e incluso (cuando estalló la crisis) de Grecia.

28 de febrero de 2013

La corrupción y sus remedios


Es imprescindible que se vigile mucho mejor a los vigilantes

el paísJuan Torres López - 23 de febrero de 2013

La corrupción es un fenómeno antiguo y extendido por todo el mundo que ha suscitado la atención de muchos científicos sociales y la condena de responsables políticos de todas las corrientes. Pero ni con eso se ha podido eliminar. Al revés, está aumentando en las últimas tres o cuatro décadas.
Quizá esto ocurra porque a la hora de ponerle remedios se mira más a las creencias o prejuicios ideológicos de cada uno que a los hechos o a lo que hacen los países menos corruptos.
Así, desde hace unos años predomina la idea de que la corrupción es algo propio del sector público, que es mayor cuanto más amplia es su presencia en la vida social y que, por tanto, lo que hay que hacer para acabar con ella es reducirla a su mínima expresión.
Es una idea liberal que cala hondo pero que no casa bien con los hechos. Multitud de casos, como los de Enron, las eléctricas españolas, las agencias de calificación o los bancos que a base de estafas provocaron la crisis actual, demuestran que se da también, y en gran medida, en el ámbito privado.
También me parece evidente que la corrupción se ha disparado en los últimos años precisamente en los países, como Rusia y otros del este de Europa, que han sustituido economías con gran peso del estado por otras dominadas por el mercado, o en donde se ha llevado a cabo un gran número de privatizaciones. Y también suele suceder que la inmensa mayoría de los países que en todos los indicadores aparecen como los menos corruptos (en 2012, Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Suecia..., según Transparency International) están a su vez entre los que tienen mayor volumen de gasto público en relación con su PIB, o entre los que tienen más empleados públicos en relación con su población activa.
Por tanto, no es nada riguroso afirmar que por el simple expediente de reducir la actividad del sector público o el número de empleados públicos, como últimamente se viene proponiendo también en España, vaya a eliminarse la corrupción que padecemos.
En lugar de partir de premisas ideológicas, sería mejor aprender de quien lo hace bien. De Finlandia, por ejemplo. Paula y Seppo Tiihonen dan diversas razones para explicar que en su país haya pocos casos de corrupción. Entre ellas, la igualdad alcanzada, el prestigio y buena remuneración de los funcionarios, la financiación pública de los partidos, la transparencia, el deber de justificar públicamente los motivos de las decisiones, el poder del defensor del pueblo, la estructura de decisión colectiva y colegiada, o la independencia personal y responsabilidad propia.

9 de febrero de 2013

La Troika destroza a Europa


1 de febrero de 2013

Juan Torres López

Una reciente investigación del Center for Economic and Policy Research de Estados Unidos (Mark Weisbrot y Helene Jorgensen Macroeconomic Policy Advice and the Article IV Consultations: A European Union Case Study), vuelve a demostrar que las políticas que viene imponiendo el Fondo Monetario Internacional a los países europeos se basan en juicios y análisis erróneos y que resultan muy perjudiciales no solo para la inmensa mayoría de la población sino también para la economía en su conjunto, puesto que provocan efectos contrarios a los que dicen perseguir.
Este tipo de conclusiones no son nuevas pero es muy importante tenerlas una vez más en cuenta para denunciar continuamente a los miembros  de la Troika (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el propio FMI) como responsables directos de la nueva fase recesiva en la que han hecho entrar a Europa y, por tanto, de los sufrimientos de una gran parte de su población.
La investigación señala que hay dos grandes patrones de actuación en estas políticas. Uno,  la reducción del gasto y el tamaño del sector público, en muchos casos con independencia de que eso sea apropiado, necesario o de si puede provocar una mayor caída de la actividad. El otro, disminuir la protección social a amplios sectores de la población y reducir la participación del trabajo en la renta nacional. El resultado de ambas cosas es la menor capacidad de los gobiernos para promover la actividad y el empleo y, por tanto, el  incremento de la pobreza, de la exclusión social y de la desigualdad.
En relación con las propuestas de ese tipo que recomienda el FMI, la investigación subraya que no hay evidencias empíricas que demuestren su conveniencia y eficacia y que, en la mayoría de los casos, se hacen sin tomar en consideración factores que podrían producir otros resultados distintos a los previstos por los informes del Fondo. Así, indica que éste suele proponer en todos los países la subida de la edad de jubilación sin considerar la diferente esperanza de vida en cada uno de ellos. O que hace previsiones alarmistas sobre la evolución de la población jubilada para justificar recortes en las pensiones sin tener en cuenta el incremento en la productividad, que puede permitir (como ha pasado hasta ahora) que menos empleados puedan sostener a mayor población inactiva. Y también muestra lo poco razonable que resulta la constante predilección del FMI por hacer que incremente la oferta de trabajo con independencia de cuál sea la tasa de desempleo o de participación de la población en el mercado laboral que haya en cada país.

*** Fort Apache ***

-- Derechos Humanos --

-- Libia, el infierno de la migración africana --

-- La Carta de la Tierra --

La Dictadura del Hambre-Los Bilderberg-Cidinha Campos-Mayor Zaragoza-José María Gay-El Chojin

Music for all

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Hierbas, Plantas, Especias (Medicinales y Culinarias), y alimentos poco sanos

-- Por qué no estalla una Revolución --

"La información ya no tiene relevancia"

Estos últimos años se han hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la estructura del Sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial. Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle atención. El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA.

Parece increíble, pero los acontecimientos lo demuestran a diario. La información ya no tiene relevancia.

Nuestro cerebro se ha convertido en un drogadicto de la información rápida, en un yonqui ávido de continuos chutes de datos que ingerir, a poder ser pensados y analizados por cualquier otro cerebro, para no tener que hacer el esfuerzo de fabricarnos una compleja y contradictoria opinión propia. Porque odiamos la duda, pues nos obliga a pensar, ya no queremos hacernos preguntas, solo queremos respuestas rápidas y fáciles. Somos y queremos ser antenas receptoras y replicadoras de información, como meros espejos que rebotan imágenes externas, pero los espejos son planos y no albergan más vida en ellos que la que reflejan proviniendo del exterior.

Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde están en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos. Ahí es donde se está dirimiendo la auténtica guerra por el futuro de la humanidad. Nadie nos salvará desde un púlpito con brillantes proclamas y promesas de una sociedad más justa y equitativa, nadie nos salvará sólo contándonos la supuesta verdad, ni desvelando los más oscuros secretos de los poderes en la sombra.

Es pura lógica: No hay revolución posible sin una transformación profunda de nuestra psique a nivel individual, porque nuestra mente está programada por el Sistema. Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente.

http://economiazero.com/por-que-estalla-una-revolucion/

-- Todo lo que deberías saber sobre el Fracking --

--- La mayor estafa de la historia de España se llama Electricidad ---

-- Plataforma en Defensa de la Libertad de Información --

-- Casos Aislados --

La Ley es todo. Nuestras leyes nos retratan y definen lo que somos en convivencia

La Ley es todo. Nuestras leyes nos retratan y definen lo que somos en convivencia
En el año 1985 un drástico cambio legislativo atribuyó al Parlamento la elección de todos los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)

--- Las empresas del IBEX35 bajo lupa ---

El paro y la precariedad no son problemas individuales, son problemas colectivos

-- Jean Ziegler - Vicepresidente de la ONU --

“No puede ser que en un planeta con los recursos agroalimentarios suficientes para alimentar al doble de la población mundial actual, haya casi una quinta parte de sus habitantes sufriendo infraalimentación”.

“La hambruna ya es una realidad en las banlieues parisinas y el pueblo español también está sufriendo la pobreza, como el resto de Europa”.

Los teóricos del neoliberalismo, “nos han hecho creer que hoy en día la austeridad es la única política posible, pero sólo se aplica a la clase trabajadora y nunca a los banqueros.

El neoliberalismo delictivo, “se cura con política”.

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-- Compromiso de todos --

-- Olivier de Schutter - Relator de la ONU --

“Con la comida que se tira podrían alimentarse 2.000 millones de personas”

”La mitad del cereal producido en el planeta es para satisfacer la demanda de consumo de carne. Hay un sobreconsumo de carne absolutamente insostenible”

http://esmateria.com/2014/04/25/con-la-comida-que-se-tira-podrian-alimentarse-2-000-millones-de-personas/

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-- El beneficio de los alimentos naturales --

*** Parada obligatoria ***